LA FIESTA DEL SIGLO

Y los límites... ¿cuándo?

Muchos papás jóvenes se están rindiendo con sus hijos y se han olvidado de poner límites

OPINIÓN

·
Rudy Tercero / La fiesta del siglo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

En un viaje que realicé recientemente, un niño de unos cinco años venía pateando constantemente mi respaldo por lo que fue imposible dormir. A mi lado izquierdo otro niño venía jugando con su Nintendo a todo volumen, nadie hacía nada, los papás simplemente haciendo de cuenta que no pasaba nada. Gracias a que tenía unos audífonos que bloqueaban el sonido pude aislarme de todos los sonidos del juego del niño.

Unos días después subí un video a mis redes sociales hablando de este tema y, ¡oh sorpresa!, la cantidad de personas molestas conmigo diciendo que si yo no había sido niño, que si era yo un viejo amargado, en fin, se armó un alboroto porque de inmediato salieron muchas otras personas a comentar que los padres deberían de educar a sus hijos para poder convivir en sociedad y justamente ese es mi punto.

Nosotros como padres somos el ejemplo de nuestros hijos, pero aunque nos duela, tenemos que corregir lo que están haciendo mal y mostrarles la forma correcta de hacer las cosas, y ¿para qué?, pues para que puedan convertirse en jóvenes y adultos capaces de convivir en paz y armonía, respetando a los demás, aprendiendo modales y muchas cosas que hoy en día se han perdido, incluso los maestros de las escuelas temen reprender a los niños porque saben que en cualquier momento llegará el papá o la mamá a defender a su querubín.

Me parece que si desde que son niños no les ponemos límites, los dejamos actuar como se les de la gana, lo que va a suceder es que nos va a explotar una bomba cuando sean adolescentes y tratemos de guiarlos en esta etapa que es aún más compleja y que requiere de toda nuestra paciencia, dedicación y sobre todo fuerza, sí fuerza, porque en esa etapa las confrontaciones van subiendo cada vez más de nivel, y cómo no va a ser así si cuando eran niños no supimos decirles que no se les grita a los mayores, que hay que respetarlos y aprender de ellos.

Es increíble la forma en la que muchos adolescentes se dirigen a mí en mis redes sociales, chicos y chicas de 12 o 13 años diciéndome que soy un ruco ridículo, que ya me retire que les doy hueva. No se imaginan que soy un conferencista reconocido, escritor de un libro, escribo una columna para el mejor diario de México, tengo más de 160 reconocimientos y la medalla Dr. Honoris Causa, soy papá y tengo 55 años. En qué momento los adolescentes creen que es correcto dirigirse así a las personas, con una cantidad increíble de faltas de respeto.

Mi preocupación al escribir esta columna no es lo que me digan o me dejen de decir, lo que me preocupa es ver una generación de niños y jóvenes que son los que ahora llevan la batuta, que son los que les dicen a los padres casi casi cómo educarlos, su palabra es la que cuenta y cuidado y te atrevas a contradecirlos o reprimirlos porque te puede ir muy mal. Obviamente no hablo de todos los padres jóvenes, pero hay muchos que se han doblegado o están tratando de zafarse de esta responsabilidad de educar. Los papás de niños chiquitos deben estar muy atentos a este tema para ayudar al futuro de sus hijos, sé que costará trabajo, pero los frutos y las recompensas serán grandiosas al ver crecer a nuestros hijos de una forma sana.

POR RUDY TERCERO

@RUDYTERCEROF

R3FABRE@YAHOO.COM

MAAZ