SILBATAZO INICIAL

Recuento de los daños…

Quizá si después de estos indicativos, los directivos no van a cambiar las cosas… Es tiempo de que vaya muriendo la esperanza, aunque el refrán popular lo refute

OPINIÓN

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José Eduardo Iga / Silbatazo inicial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ha discurrido prácticamente todo el calendario en cuanto al año futbolístico se refiere. Falta la cereza del pastel, que se pondrá el sábado con la final de la Champions. En cuanto eso ocurre, pongo algunas reflexiones sobre la mesa que me gustaría compartir con usted.

En cuanto a nuestro balompié, vivimos el fracaso más tangible en los últimos años. La eliminación de una fase de eliminación directa en una Copa del Mundo, que no se daba desde 1978, con los tropiezos en el camino, evidentemente, de no haber asistido a los Mundiales de España 1982 e Italia 1990, esta última por el episodio sombrío de los famosos cachirules. Este fracaso fue secundado por las nefastas decisiones que se fueron tomando en el camino. Pocos vaticinaban el cataclismo que se avecinaba. Se dejaron de asistir a competencias sudamericanas, que otorgaban una vitrina sumamente interesante al futbol mexicano que, incluso, ya estaba posicionado para mi gusto en el tercer mejor de toda América.

Eran frecuentes las incursiones de escuadras aztecas en la final de aquellos campeonatos. Tigres, Cruz Azul y Guadalajara, en Libertadores; Pachuca haciéndose de una Sudamericana, y la Selección ya había llegado a finales de Copa América. Eso desapareció y todo se derrumbó. Ahora luchabas por ser el mejor en una de las zonas más endebles del planeta. La comodidad cobró con estancamiento. Casi que habían más extranjeros que elementos mexicanos en los equipos de Primera División, tapando el lugar al jugador mexicano, aunque otros se empeñen en decir que si este tuviera la suficiente calidad, sobresaldrían.

No es cierto. La eliminación del descenso y el ascenso fue otro golpe íntimo de la mediocridad, en la que Tijuana, Mazatlán o Querétaro no han aportado absolutamente nada a la máxima categoría en tres años. Y me podría ir con otros como Necaxa o FC Juárez, que solo ven la vida pasar en posiciones intermedias de la tabla sin que haya una sola repercusión.

El sui géneris balompié mexicano vio como un lugar 13 pudo calificar a la Liguilla y peleó por un título. Santos, la peor defensa del torneo, que anuncia sus refuerzos en la jornada seis para que jueguen en la 15. En el otro extremo, la institución que exhibió un proyecto sólido, teniendo la mejor temporada de su historia, con 40 puntos, tuvo que ser recompensada con el premio de correr al entrenador más ganador que han tenido, y una afición que se les volteó por no tener la capacidad de jugar el torneo aparte que es la Liguilla, como Monterrey. 

Tigres tuvo tres entrenadores en un semestre, y un andar deleznable en fase regular. Su premio, un título por saber apretar al final. Sin demeritar a los de la U, bendito y mil veces bendito y paradójico futbol mexicano. Quizá si después de estos indicativos, los directivos no van a cambiar las cosas… Es tiempo de que vaya muriendo la esperanza, aunque el refrán popular lo refute.

 

POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE HERALDO DEPORTES LAGUNA EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA

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