PENSANDO EN BEISBOL

Mil es bastante

Solo de pensar que para cada ponche es una batalla (con toda seguridad de más de tres lanzamientos), desde todas las historias de vida de cada uno de los bateadores quienes están en esa lista y el drama de todos los juegos, donde ese chocolate fue un ingrediente clave…

OPINIÓN

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Alejandro Aguerrebere / Pensando en béisbol / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Queridos amigos lectores: el ponche en el beisbol es el arte del engaño y si un lanzador logra abanicar a 10 rivales en un juego, es algo respetable. Puede ser, incluso, una buena cifra de ponches para un relevista en una semana; si es solvente induciendo para rolas o ponches, puede sobrevivir un buen rato con esos 10 chocolates otorgados.

Esos 100 ponches pueden ser un colchón, el cual le brinde cierta tranquilidad al serpentinero junto a su defensiva. Ok, mil ponches ya son una cifra más que respetable, solo siete mexicanos la han sobrepasado: Fernando Valenzuela, Yovani Gallardo, Oliver Pérez, Esteban Loaiza, Jorge de la Rosa, Ismael Valdez, Marco Estrada y Teodoro Higuera.

Aquí el gran mérito es de Zack Greinke, quien se metió a una cita con puros Salón de la Fama (Nolan Ryan, Randy Johnson y Greg Maddux), porque a Roger Clemens, con sus siete trofeos Cy Young a la mala le han impedido un nicho.

Greinke ya había rebasado las 500 aperturas y los 50 mil lanzamientos y, ahora en su temporada 20 y, curiosamente, con el equipo en el cual debutó (Reales de Kansas City) llegó a abanicar a mil bateadores, volviéndose parte de esa selectísima quinteta en mención.

Solo de pensar que para cada ponche es una batalla (con toda seguridad de más de tres lanzamientos), desde todas las historias de vida de cada uno de los bateadores quienes están en esa lista y el drama de todos los juegos, donde ese chocolate fue un ingrediente clave…

Muchísimo respeto para este lanzador de una personalidad peculiar, sumamente estudioso (dicen que con una memoria privilegiada) y, con una anécdota de lo más original: se quedó en nueve robos de base, y nueve cuadrangulares conectados, cuando él quería ser parte del también súper exclusivo club de los “10/10” refiriéndose a los pitchers quienes lo han logrado, una lista nada menos que con el glorioso Bob Gibson, Bucky Walters, Walter Johnson y Harry Howell, donde no entra (deben ser al menos 50 por ciento de sus juegos como lanzador) El Babe Ruth. Sería una gran pregunta si los Reales –quienes lo eligieron en el Draft del 2002– le darán la oportunidad de buscar esa estafa de base y ese tablazo durante esta temporada, pues en 2019 bateó para un vistoso promedio de .280.

Con tremenda marca de ganados y perdidos (224-146), y a 71 ponches de la cifra mágica de los 3 mil, seguramente este diestro nativo de la Florida estará en Cooperstown, veremos si festeja por igual esa doble quinteta: los más de mil rivales ponchados y su tan ansiado como peculiar “10/10” ofensivo.

En una era de velocidad de las pichadas, debemos también hablar de Ben Joyce.

Siempre son espectaculares los pitchers con lanzamientos de más de 100 mph, y este joven elegido apenas en el Draft del año anterior, ya con el equipo grande de los Angelinos no había lanzado una sola piedra debajo de esa velocidad. Es más, su primer ponche fue a Gavin Sheets (Chicago White Sox) con un sinker de 102 mph, sí, un sinker, ¡vaya cosa mi hermano!

 

POR ALEJANDRO AGUERREBERE

COLABORADOR

@Alejou

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