La política, con frecuencia, acarrea diversos puntos de vista, suelen ser espacios controversiales en donde la crítica yace de la persona que ejerce un cargo público; es derecho de todo ciudadano saber qué pasa con el país y quienes están en la toma de decisiones y también es deber de los servidores públicos informar diligentemente de sus actividades así como de su manera de vivir.
En México existe un rechazo a la política, se ha creado un arquetipo en el que es frecuente asociar esta con corrupción. Hemos visto gobernar a un gran número de hombres de diversos partidos en los cuales ya sabemos el discurso, ya sabemos las propuestas, también sabemos qué harán y hemos caído en un rechazo y hartazgo como ciudadanos; sin embargo, es vitalmente importante involucrarnos e informarnos.
La política tiene un papel medular en la vida de cada uno de nosotros, rigen las decisiones de nuestro país; quién nos gobierna, cómo nos gobierna, qué derechos tenemos, de qué manera se garantizan, cómo vamos mejorando, qué falta y cómo nos percibimos ante otros países, entre otras muchas más relevancias.
Estas épocas de elecciones, en la contienda por el Estado de México hubieron dos propuestas distintas entre sí pero con algo en común, algo que no era menor y que personalmente me pareció muy inspirador y es que se conformó por dos candidatas mujeres.
Las propuestas, colores, ideas y percepción de la gente son válidas, pero no la idea central de lo que me parece poderoso y reconocible; y es que con independencia de quién gobierne, el Estado de México tendrá la primera gobernadora mujer.
La crítica a la política es comprensible y necesaria, los servidores públicos están ante el escrutinio público por lo que los debates se enriquecen siempre que provengan con aspectos profesionales y de áreas públicas, no se asume que por una razón de género se vaya a realizar un mejor trabajo que los anteriores, lo que sí se asume es que más niñas del Estado de México van a aspirar a llegar a estos cargos y que es un mensaje poderoso para aquellas que vieron ese techo de cristal.
La política no es únicamente una cuestión de partidos, edades, géneros; sin embargo, un aspecto que es estadísticamente comprobable es que las mujeres no figuraban en la misma hace algunas décadas; de hecho, para garantizar nuestros espacios se tuvieron que crear las llamadas “cuotas de género,” que consisten en garantizar la paridad mediante acciones afirmativas, es decir, obligando a ceder el 50% de los espacios a mujeres.
El padrón electoral de México refleja que más del 50% del que lo conforman son mujeres, es decir, las mujeres deciden sobre el rumbo de quiénes deben servir a nuestro país, pero las listas de candidaturas, con frecuencia, no reflejan esta paridad. Habrá que abrir más espacios, entender que la política también nos involucra y que las mujeres también podemos estar en estos espacios no únicamente por cuotas sino por nuestra capacidad.
Por Diana Murrieta
Presidenta y fundadora de Nosotras para Ellas, A.C.
Twitter @dianamurrietam / Mail diana.murrieta@nosotrasparaellas.org
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