LA ENCERRONA

Perú y el vaciamiento democrático

El país andino lleva 6 presidentes en seis años, ocho intentos de vacancia presidencial (lo que intentaron con Castillo), un intento de golpe de estado, un intento de disolución del Congreso

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“Para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión.” Paul Auster

En entregas anteriores he hablado de la situación actual de América del Sur, de una ola rosa muy diferente a la de inicio de milenio y de que el vuelco hacia la izquierda del cartesiano político, desde el Bravo hasta la Patagonia. Sin embargo, la izquierda no es una, teóricamente ni en la praxis cotidiana en cada uno de las naciones que conforman esta región, tampoco las convulsiones sociales, ni mucho menos la manera de apaciguarlas. En esta ocasión debemos poner la lupa sobre el Perú y su democracia, no como una crítica, sino como una alerta para toda la región.

La actualidad en Perú es atribulada, Dina Boluarte asumió el poder dentro de un ambiente enrarecido, el Congreso de la nación andina lo había llamado para someterlo a juicio político y Pedro Castillo, a manera de madruguete intentó disolver al Parlamento, no procedió esto último y hoy el expresidente se encuentra en prisión enfrentando los delitos de corrupción y rebelión ante la fiscalía. Asimismo, el termómetro social se encuentra atribulado, con erupciones constantes y las tanquetas en las calles. Un caldo de cultivo muy propicio para rebeliones y para que dicho termómetro reviente.

Sin embargo, lo que ocurre en Perú no es nuevo y no es privativo de los gobiernos de izquierda. El país andino lleva 6 presidentes en seis años, ocho intentos de vacancia presidencial (lo que intentaron con Castillo), un intento de golpe de estado, un intento de disolución del Congreso, además de reprensiones constantes de manifestaciones e intentos de revueltas. Este panorama no solo deja claro un vacío de personas dentro del gobierno, sino también un vacío grave en la esfera democrática, incluso The Economist ha colocado la situación de la democracia peruana como un “régimen híbrido”, según su índice de las democracias.

Lo que ocurre en el Perú tiene definición politológica: vaciamiento democrático. Los expertos aluden que el país andino reúne las características de este concepto, a) fragmentación y circulación, es cuando tanto política como electoralmente se dividen los electores porque no encuentran representatividad y cambian de elección de una contienda a otra. b) Amateurismo político, que refiere a la falta de formación política y de administración pública de los personajes que han enfrentado las recientes elecciones; c) Ausencia de vínculos con la sociedad, señala que las organizaciones políticas no realizan labor social ni de resolución de las problemáticas ciudadanas.

Lo enmarcado en estas características, si bien se encuentran enfocadas en Perú, podemos ver que no son privativas, pues en la región tenemos democracias en donde al menos dos de los tres señalamientos. Hoy es evidente que existe una debacle en los partidos políticos y, por esta razón, se invita a personajes que nunca han estado involucrados en la vida pública y, mucho menos, social, obteniendo como resultado una desprofesionalización de lo público; se suma la gran circulación de actores políticos entre las organizaciones políticas, desdibujando ideología alguna, pero también representación ciudadana. Perú se encuentra en momentos bajos en su política, suma de tantos años de malas prácticas. También representa un espejo y una advertencia para América Latina, un manual de cómo hacer la cosa pública para vaciar la vida democrática. 

POR ADRIANA SARUR

COLABORADORA

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM

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