COLUMNA INVITADA

Diversión a toda costa

Conforme van avanzando las noticias nos enteramos de que el sumergible no tenía asientos, por lo cual, era sumamente incómodo. No existía manera de abrirse por dentro

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ha quedado claro que los multimillonarios y famosos quieren tener experiencias más allá de lo humanamente posible; y generalmente lo logran. La última muestra de esto fue el accidente del sumergible que acaparó la atención mundial durante estos días, y es que, la historia se repite. Pongamos de ejemplo a todos aquellos personajes ultra - famosos o millonarios, que han muerto por el abuso de las drogas, la velocidad excesiva y la creencia fatua de que son mejores, invencibles e inmortales. Por lo anterior, pasan por alto sus limitaciones y la simple lógica. Steve Jobs, famoso por su inteligencia, utilizó la medicina alternativa, hasta que llegó el punto en que se dio cuenta de que no sirvió de nada. Y no es que esté pensando, necesariamente, qué pudo haberse salvado, de haber seguido los consejos de su médico alópata, sino la toma de decisión, basada en su personalidad rebelde. Claro está, ello le adelantó su muerte. 

Lo sucedido a cinco pasajeros en un sumergible, no parece un accidente común, pues carece de la lógica que mueve a las personas en estado de emergencia, como migrantes quienes huyen en embarcaciones precarias de las guerras, o de pobreza extrema; pero es más común de lo que parece pues estamos en un mundo intoxicado del absurdo. Resulta que todos eran multimillonarios, uno de los cuales incluyó a su joven hijo. Seguro sabían que la ciencia experimental requiere años y mucha paciencia, aun así, decidieron navegar en un artefacto experimental, con un mando de videojuegos modificado, bajo la pretensión de llegar a profundidades que ni siquiera el submarino nuclear 885M Kazan, el más avanzado en su tipo, tiene la capacidad de lograr. No estamos hablando de los hermanos Wright, los creadores de la navegación aérea, pues ellos a principios del siglo XX, no tenían los avances de investigación que tenemos ahora. 

Conforme van avanzando las noticias nos enteramos de que el sumergible no tenía asientos, por lo cual, era sumamente incómodo. No existía manera de abrirse por dentro. En enero de 2018, antes de zambullirse la maquinaria, un equipo de expertos de OceanGate, liderado por el director de operaciones marítimas, David Lochridge, solicitó más pruebas para el sumergible al estimarse "peligros potenciales de los pasajeros". Claro, David, fue despedido por el propio Stockton Rush, CEO de OceanGate Expeditions, quien es uno de los fallecidos. 

Para el año 2016, el diario The Guardian, publicó un artículo muy interesante, de Andre Spicer y Mats Alvesson, cuyo título fue “¿Por qué la gente inteligente hace cosas estúpidas?” En el mismo se plantea la forma en que personas con mentes brillantes cometen los errores más simples. La conclusión del artículo fue que el CI, no recoge dos aspectos de la inteligencia humana: la inteligencia creativa y práctica.

La inteligencia creativa es nuestra habilidad para lidiar con situaciones nuevas. La inteligencia práctica es nuestra habilidad para hacer cosas. En los primeros 20 años de vida, a la gente se le recompensa por su inteligencia analítica. Entonces se preguntaron por qué los “mejores y los más brillantes” son poco creativos e inútiles en la práctica. Y justo ahí, tiene sentido otra gran investigación de un premio nobel, llamado Daniel Kahneman; cuyo libro “Pensar Rápido, pensar lento”, aclara mucho de lo que nos pasa. Las personas subestimamos la reflexión, y es que hacer ese ejercicio, implica no automatizar las conductas que son fundamentales en nuestras vidas, tales como nuestra seguridad, tomar decisiones adecuadas en el ámbito laboral, familiar, escolar, financiero y evitar los mismos tropiezos una y otra vez. (tengo que exceptuar lo amoroso, aunque pensándolo bien, es probable que estudiar este fenómeno, también ayude en ese rubro.)

Así que, se puede concluir que si las personas más inteligentes hacen atajos mentales todo el tiempo. Imaginen a los multimillonarios e influencers, cuyo sesgo más poderoso es el interés personal: por lo que tienden a pensar que son mejores que los otros. Lo peligroso es que este fenómeno trastoca al resto de la población; ejemplo de esto, es lo que se documentó por la BBC en 2018. Me refiero a las 259 personas fallecidas entre 2011 y 2017, al tratar de tomarse una selfie en situaciones extremas. 

El youtuber mexicano, Alán Estrada; quien abordó, el artefacto sumergible que hoy es noticia, relató que los hicieron firmar papeles donde asumían las posibles consecuencias fatales de realizar el viaje, relevando de cualquier responsabilidad a la empresa. Les pregunto: ¿ustedes hubieran abordado?

POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL

CONSULTORA LABORAL

DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB

PAL