COLUMNA INVITADA

Hacia un nuevo sistema financiero global

La gran cuestión pendiente: ¿se redefinirán las bases sentadas en Breton Woo

OPINIÓN

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Rodrigo Guerra López / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los días 22 y 23 de junio se ha realizado en París la “Cumbre por un nuevo pacto financiero global”. Participaron 39 jefes de Estado o de gobierno, 45 ministros o jefes de delegación y otros tantos responsables de grandes instituciones. Casi todos conscientes de que los esfuerzos invertidos en los últimos años para que los países más rezagados ingresen en un itinerario de desarrollo sostenible, han dejado mucho que desear.

Antonio Gutérres, Secretario General de la ONU lo ha dicho con gran franqueza: “Está claro que la arquitectura financiera internacional ha fracasado en su misión de proporcionar una red de seguridad mundial a los países en desarrollo. La razón es sencilla: (…) esta arquitectura se construyó tras la II Guerra Mundial. Con algunas adaptaciones, refleja el equilibrio de poder político y económico de la época.” 

En efecto, hace 79 años, delegados de 44 naciones se reunieron en Bretton Woods. Su misión era diseñar acciones concretas para establecer las bases económicas de una paz sustentada sobre una “genuina” cooperación internacional. La conferencia de Bretton Woods dio inicio a las instituciones que ahora conocemos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

El Presidente Macron afirmó que la Cumbre de París significará un nuevo acuerdo entre el norte y el sur globales. Otros participantes, durante las discusiones, hablaron más bien de la necesidad de una reforma radical del FMI y del BM. Sin embargo, Cécile Duflot, directora de OXFAM, sostuvo que "las reformas que están sobre la mesa son esencialmente técnicas y, sobre todo, basadas en recursos constantes, por lo que no están a la altura del problema".

Esta es justo la cuestión: las reformas que hoy necesita el sistema financiero mundial no pueden ser meramente técnicas sino que requieren un fundamento distinto. El Papa Francisco, hace dos años, dirigía un mensaje al FMI y al BM: “aún existe la urgente necesidad de contar con un plan mundial que permita crear nuevas instituciones o regenerar las existentes, en particular las vinculadas a la gestión mundial, y ayudar a construir una nueva red de relaciones internacionales para promover el desarrollo humano integral de todos los pueblos. Esto significa necesariamente brindar a las naciones más pobres y menos desarrolladas una participación efectiva en la toma de decisiones y facilitarles el acceso a los mercados internacionales. El espíritu de solidaridad mundial también exige, como mínimo, una reducción significativa de la carga de la deuda de las naciones más pobres”. (…) “Tampoco podemos pasar por alto otra clase de deuda: la “deuda ecológica” que existe especialmente entre el hemisferio norte y el hemisferio sur del planeta. De hecho, estamos en deuda con la propia naturaleza, y con las personas y los países afectados por la degradación ecológica y la pérdida de biodiversidad provocados por el hombre”.

Esperemos que en la COP28 que se celebrará en Dubai a finales de año pueda darse continuidad al trabajo para una redefinición profunda del sistema financiero global, bajo nuevas premisas más equitativas y justas. Bajo premisas éticas, solidarias e inclusivas.

POR RODRIGO GUERRA LÓPEZ
SECRETARIO DE LA PONTIFICIA COMISIÓN PARA AMÉRICA LATINA
RODRIGOGUERRA@MAC.COM

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