COLUMNA INVITADA

Justicia votada

Legisladores federales han propuesto que se reforme el sistema de selección de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

OPINIÓN

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Por Miguel A Rosillo / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Legisladores federales han propuesto que se reforme el sistema de selección de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que sean elegidos directamente por los ciudadanos. Un cambió de esa magnitud exige comprender el porqué del sistema actual.

El Estado es un ente creado por el orden jurídico para dar organización socio política a un pueblo que se encuentra asentado en un territorio y a quien aquel dota de órganos de gobierno cuyo objetivo último es buscar el bienestar colectivo.

Tradicionalmente las principales funciones confiadas al Estado se dividieron en tres grandes grupos: Ejecutiva, legislativa y judicial. Los dos primeros encargados a funcionarios electos por voto universal y directo. Porque sus integrantes participan activamente en la conducción de los asuntos públicos y por ello hacen política.

Los políticos realizan todos los actos conducentes a obtener y mantener el apoyo de los ciudadanos para que estos les encarguen a ellos el mando del Estado. Por esa razón, los procesos de designación de sus integrantes se hacen por consulta a la voluntad ciudadana que se expresa a través del sufragio. Ello exige que los aspirantes a esos poderes tengan que realizar una búsqueda activa del voto mayoritario y es inevitable que en ese proceso se produzca una lucha política entre los participantes en competencia por el favor del electorado.

En contraste, la tarea del tercer poder, es completamente diversa. Los jueces no gobiernan, dirimen y para ello aplican justicia. La cual desde sus orígenes está vinculada a lo que es justo, correcto, vertical. En el decir clásico, justicia es: La constante y permanente voluntad de dar a cada quien lo que es debido.

Pero a pesar de lo que se pueda pensar, administrar Justicia no es algo fácil. Ese ejercicio del imperio del Estado para resolver las controversias jurídicas con fuerza vinculativa para las partes exige el empleo de un saber científico. Son métodos específicos de entrenamiento técnico lo que permiten realizar la exégesis de las normas legales y resolver lo que aplica en cada caso concreto. Su correcto aprendizaje toma décadas y ministrarla no puede quedar sujeto a un voto mayoritario.

Por lo anterior, los jueces, son los únicos servidores de los tres poderes originales que quedan sustraídos del método de selección electivo. Ellos, a diferencia de los otros, no deben buscar el favor popular sino por el contrario abstraerse de cualesquier consideración personal, partidista, ideológica y ser técnicos en la ciencia del derecho.

El juez no debe tener ningún otro fin que encontrar la aplicación mas objetiva e imparcial del mandato de la ley al caso concreto. De ser electos por el público, los jueces tendrían que buscar el favor popular y quedar sujetos a los intereses de su electorado.

Pero de esa manera es imposible ser objetivo e imparcial. Los jueces no son políticos o mejor dicho no deben serlo; no se deben a nadie salvo a la ley. Sólo así se construye la paz social y la convivencia armónica que permite el progreso sostenido de una nación.

POR MIGUEL A ROSILLO

COLABORADOR

MAAZ