COLUMNA INVITADA

El piropo

Diariamente Adriana caminaba frente a la casa de Romualdo; venía de estudiar

OPINIÓN

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Rubén Martínez Cisneros / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Diariamente Adriana caminaba frente a la casa de Romualdo; venía de estudiar de la Academia Mecanografía y Taquigrafía, propiedad de la maestra Julia Portes, disminuía el paso para escuchar las palabras embelesadas de cupido, ¡si mañana pasa por aquí, será recibida con música, ella se ruborizaba, sonreía para sus adentros. 

De aquellos hermosos e ingeniosos piropos solo el recuerdo queda, se disuelven en el olvido, las nuevas generaciones poco conocen de ellos, la investigadora Beatriz Rivas, escribe en el libro Piropos bajo el sello de Credit Sisse, “Ser objeto de piropos generalmente es un honor. Mientras no sean demasiados groseros, te hacen sonreír, sentir bien, caminar con más garbo y orgullo”; Antes de tocar tus labios, quiero tocar tu corazón, y antes de conquistar tu cuerpo, quiero conquistar tu amor. 

El periodista Fernando M. Garza, agrega en su texto El Piropo, contenido en el libro El galano arte de leer, “Siempre fue el piropo, la flor, expresión con que la naturaleza masculina rindió tributo a la belleza, a la gracia, a la simpatía femenina”; Le pedí a Dios un árbol y me dio un jardín, le pedí una novia y te mandó a ti, o bien, Tus ojos son dos ladrones, porque el derecho roba besos y el izquierdo, corazones. 

Por su parte, el historiador Alejandro Rosas, agrega en el libro Piropos, antes citado, “Definido como un cumplido que generalmente lanza un hombre a una mujer -aunque en la actualidad ya puede ser recíproco-, la característica del piropo es el ingenio para construir una frase a partir de las cosas comunes y cotidianas, que evidencie las virtudes físicas de una mujer o la admiración que siente un hombre por ello”; Mujer, con ese ritmo tuyo, ¡quién necesita música! 

Más aun, escribe, “En la actualidad, casi todos los piropos llevan doble sentido y picardía. Si en su origen tenían como fin hacer sentir bien a una mujer, hoy esa circunstancia ha pasado a un segundo plano, y puede llegar a incomodar:  En ese bolillo sí embarro mi mantequilla. 

Beatriz Rivas, agrega, “… he escuchado que algunas feministas rechazan el piropo por considerar un síntoma más de la misoginia que impera en este país. Es probable que tenga razón cuando resultan humillantes para las mujeres y reproducen ciertas conductas machista. ¡Mira nomas tanta carne y yo chimuelo! 

 Asimismo, señala, “La palabra piropo viene de una piedra de un rojo muy intenso, una especie de granate que acostumbraban regalar los jóvenes españoles a sus novias para enamorarlas”; Tus ojos, tu pelo y tu pendiente me volvieron loco de repente. 

Beatriz Rivas, señala “Hay que abogar por mantener aquellos piropos ingeniosos y picaros, que nos sacan una sonrisa, que nos roban una carcajada, que nos hacen sentir bien”; Unos quieren el mundo, otros quieren el sol, pero yo sólo quiero un hueco en tu corazón; ¿Cómo quieres que te olvide, si cuando quiero olvidarte, me olvido del olvido y comienzo a recordarte?; Cuando Dios creó la belleza, estaba pensando en ti. 

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ