COLUMNA INVITADA

Nueva canciller, nuevas oportunidades

La designación de Alicia Bárcena Ibarra al frente de la SRE es una buena noticia

OPINIÓN

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Claudia Ruiz Massieu / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La designación de Alicia Bárcena Ibarra al frente de la SRE es una buena noticia. Se trata de una distinguida diplomática que ha representado a México con talento y dignidad: como embajadora en Chile, como secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) o como jefa de gabinete del secretario general de la ONU, entre otras responsabilidades.

Su llegada a la Cancillería despierta algunas expectativas entre quienes seguimos de cerca la política exterior mexicana. En este contexto, es conveniente hacer una evaluación sobre los principales desafíos a los que se enfrentará la nueva canciller.

Si bien su antecesor tuvo importantes aciertos –como la compra oportuna de vacunas en el contexto de la emergencia sanitaria–, el saldo final de su gestión es un país aislado de sus socios estratégicos; un evidente fracaso en el liderazgo regional que pretendía consolidar; y un retroceso en la presencia y el prestigio de México en el mundo. El balance del último lustro es de contrastes: buenas intenciones, pocos resultados; muchas acciones, nula estrategia; mucha voluntad, poca congruencia. En realidad, la política exterior no ha sido prioridad de este gobierno.

La nueva canciller deberá sobreponerse a vicios estructurales derivados del desinterés del Ejecutivo Federal por la política exterior, como la falta de visión de Estado, la ambigüedad en la interpretación de nuestros principios de política exterior o la proclividad presidencial a generar innecesarias tensiones internacionales para satisfacer a la opinión pública nacional. Y además de la complejidad habitual de algunos temas, como la relación bilateral con Estados Unidos, Bárcena deberá atender diversos asuntos pendientes.

Entre los más apremiantes, destacan algunos de importancia estratégica, como la disputa con Perú por la Presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico y la creciente enemistad con el gobierno de Dina Boluarte, el retraso en las negociaciones para la firma del Acuerdo Global Modernizado con la Unión Europea, así como las controversias iniciadas por Estados Unidos y Canadá en el marco del T-MEC (energía, demandas laborales e importación de maíz transgénico).  

En suma, la Dra. Bárcena hereda una SRE afectada por los sistemáticos recortes presupuestales y desorientada por la indebida imposición de una carga de responsabilidades que no le corresponden. Si no fuera poco, la Cancillería, en gran medida convertida en plataforma de posicionamiento político, deberá reorganizarse para retomar su estatus como una secretaría al servicio de México.

Esta nueva etapa representa una oportunidad para rectificar el rumbo, corregir insuficiencias y retomar una política exterior que tenga como prioridad la defensa del interés nacional en el mundo, así como el bienestar de los mexicanos, dentro y fuera de nuestras fronteras. Diplomática experimentada, defensora del multilateralismo y referente regional en materia de desarrollo, Alicia Bárcena Ibarra es un gran perfil para encabezar ese esfuerzo monumental.

México está llamado a recuperar la política exterior que lo ha distinguido por más de un siglo. Nuestro país tiene grandes oportunidades en la región, en el hemisferio y en el mundo. Y sólo una canciller con visión, capacidad, experiencia y vocación de servicio, como Alicia Bárcena, puede conducir la política exterior hacia los espacios que nos permitan aprovecharlas.
Le deseo mucho éxito. Enhorabuena.

Claudia Ruiz Massieu
Senadora de la República
@ruizmassieu

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