TRES EN RAYA

¿Colosio fue a Salinas lo que Sheinbaum será a López Obrador?

En este juego de espejos, tenemos a los dos presidentes que más poder han tenido en sus sexenios. Ambos levantando pasiones amor/odio y cuya sucesión trataron de llevar a su contentillo, solo para ver cómo se les desmoronaba

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Seis precandidatos, de los cuales en realidad solo son tres, pero pueden ser tantos como López Obrador desee… o ninguno. Una gira para la defensa de la 4t que está resultando todo menos eso. Una lucha encarnizada, entre hermanos, acompañada de una vorágine donde nada es lo que parece. Eso es lo que ya han dejado tres días del ir y venir de las corcholatas.

El primer día “oficial” de la no campaña, Marcelo Ebrard salió con su gracejada equiparable a un suicidio político: su invitación a Andy López Beltrán a encabezar una secretaría en su posible gobierno. Una suerte de sacrificio, aunque no sabemos para congraciarse con quién. Nadie entiende, ni los duros de Morena, ni quienes en la oposición lo veían como el menos peor de la 4t.

Tal vez tiene razón Loret de Mola al decir que Ebrard no le habla a la ciudadanía, ni siquiera a los duros de Morena y menos aún a la comentocracia. Quizá solo le manda señales a López Obrador, el gran elector. El juego es arriesgado pues si Andrés Manuel no reacciona —sobre todo si no reacciona como espera Ebrard—, el ex canciller habrá perdido a su electorado objetivo.

Sin embargo, este insistente “hazme caso” evoca en la memoria a lo que ocurrió con Colosio y Camacho (por cierto, guía político de Marcelo) hace 30 años. Lo describí brevemente en un tuit hace dos días. Hoy lo detallo.

No me refiero tanto al que Camacho también le coqueteara a Salinas de Gortari de modo absoluto —a veces absurdo— para convencerlo de que él era el bueno para sucederle, sino a otro hecho que vino después: se dice mucho que llegó un momento en que Salinas se arrepintió de haber elegido a Colosio para continuar su legado. ¿Será algo parecido lo que estamos viviendo en estos momentos con la “contienda interna” de Regeneración Nacional?

Se argumenta que López Obrador no necesita que las corcholatas le prometan lealtad; que ya sabe perfectamente quién le será leal y quién no. Pero lo que Loret plantea es otra cosa muy distinta. El periodista argumenta que Marcelo le ofrece a López Obrador impunidad; tanto por el mensaje de llevar a uno de sus hijos a la secretaría de la 4t, como en lo referente a su hermano (el martes otra vez le acompañó Pío en el Estado de México).

Siguiendo esta línea argumentativa, recordemos la historia aquella que también se dice de Colosio: que la honestidad y la honorabilidad del candidato asesinado era tan grande que se negó a garantizarle impunidad a Salinas de Gortari y a su familia, y que fue eso lo que le costó finalmente el apoyo del presidente.

Me pregunto si Claudia (que tiene fama de buena y honorable) le ofrecerá impunidad a López Obrador y ocultar todas las trapacerías acumuladas para cuando ella ya sea presidenta... Digo, ella tiene ahora de coordinador en su campaña a un expanista que expresó pestes de López Obrador y de la 4t. ¿Este hecho será tomado por Andrés Manuel como el gran poder de convocatoria del que es capaz Claudia o como ese aviso al estilo Luis Donaldo de que ella no protegerá a nadie, ni siquiera al hoy presidente?

Es importante la pregunta porque los electores y seguidores de Claudia aseguran que ella es intachable (que esa es precisamente una de sus grandes ventajas y cualidades). Pero el dilema estriba en que las dos cosas no se pueden; esto es, o solapará y protegerá a López Obrador (y ya no será tan intachable), o no le dará impunidad. Y si es esto último, me pregunto si Andrés Manuel empieza a arrepentirse con Claudia como en su momento Salinas se arrepintió de Colosio.

Es interesante: un Marcelo que prefiere inmolarse política y públicamente para asegurar la designación de López Obrador; una Claudia que busca otros públicos… incluyendo lanzar un discurso en el monumento a la Revolución (para quienes tienen memoria, fue el discurso que brindó en ese mismo espacio Colosio y que marcó su distanciamiento de Salinas).

En este juego de espejos, tenemos a los dos presidentes que más poder han tenido en sus sexenios. Ambos levantando pasiones amor/odio y cuya sucesión trataron de llevar a su contentillo, solo para ver cómo se les desmoronaba. Y no, aquí no habrá magnicidio, pero sí víctimas políticas.

Una decisión que parecía ya dada al principio de este itinerario y ahora, con menos de una semana de “road show”, las dudas en torno a la gran decisión se incrementan. ¿Será por eso que AMLO convocó a una reunión para hoy a la plana mayor de Morena?

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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