MIRANDO AL OTRO LADO

Error de cálculo

“Error de cálculo” se refiere a las repercusiones que producen decisiones estratégicas

OPINIÓN

·
Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al Otro Lado / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“Error de cálculo” se refiere a las repercusiones que producen decisiones estratégicas equivocadas de gobernantes que trastocan la paz de sociedades enteras.

Ejemplos actuales de “errores de cálculo” refieren a la posibilidad de una guerra devastadora si Rusia emplea armas nucleares para sostener su invasión a Ucrania, también desplegando esas armas a Belarús. O si China decide invadir Taiwán como “asunto histórico”, provocando una reacción armada de las alianzas opuestas. En estos casos, el “error de cálculo” de los gobernantes sería pensar que otros se quedarán con los brazos cruzados, sin reaccionar, cuando probablemente se creará una situación de guerra con consecuencias catastróficas para toda la humanidad, no solo para los países directamente involucrados.

En México enfrentamos la posibilidad de un gravísimo “error de cálculo” del Presidente López Obrador. Y esa posibilidad se da a partir del mismo fenómeno que les sucede a líderes de Rusia o China: una sobrada confianza en su fuerza que les impide ver y asumir los riesgos y debilidades que tienen para equivocarse en sus aventuras políticas o guerreras.

La conducta personal, las políticas públicas aplicadas y las actividades electorales incesantes del Presidente pueden llevar a México a una situación de polarización aguda, enfrentamiento social grave y, como desenlace, la conformación de un gobierno ilegal e ilegítimo. O peor: un conflicto de confrontación social interna grave y violenta sin visos de reconciliación a la vista.

En este momento, el partido del Presidente está en el pináculo de su poder, presencia y ocupación de todos los espacios de noticieros y medios de comunicación. Este momento de poderío y presencia proyecta, naturalmente, la impresión de un poder imbatible. Esa percepción tiene la intención de crear una idea social sobre la “inevitabilidad” de la victoria de Morena en las elecciones presidenciales de 2024. No satisfecho con la idea de ganar la Presidencia, López Obrador exige un alud de votos para tener una mayoría calificada para imponer sus proyectos de militarización, destrucción de los órganos autónomos y distanciamiento de México del T-MEC.

Ese “alud de votos” que pide es un extraño sueño de un Presidente que tuvo mayoría calificada del Congreso en los años 2018-2021 y no la supo aprovechar. Existe una explicación de ese desaprovechamiento presidencial: en realidad, no sabía qué quería hacer siendo gobierno ni mucho menos cómo lograrlo. El desperdicio de su mayoría calificada es la prueba más fehaciente de su mediocridad como Presidente: llegó al gobierno y no sabía qué hacer con su poder, excepto gozarlo narcisisticamente. Y ahora, a
un año de dejar el poder, cree que ya diseñó un programa de gobierno genial, quiere militarizar el control político del país, eliminar toda fiscalización de los actos y gastos del gobierno, eliminar la competencia electoral y distanciar a México de los controles económicos internacionales del T-MEC.

Encabeza un gobierno que, a pesar de decir lo contrario, agoniza y pierde fuerza. Un Presidente que ha sido extraordinariamente fuerte ahora reniega de tener que abandonar el poder. Quiere imponer a su candidata a la Presidencia. Y quiere imponer a esa candidata su programa de gobierno, por rústico, impráctico y contraproducente que sea. Además, le exige al electorado una nueva mayoría calificada para un gobierno que no será el suyo. Y sigue sin reconocer que tuvo mayoría calificada y no supo qué hacer con ella.

Entonces repunta el rudo camino de los errores de cálculo. El Presidente se encuentra atrapado entre su incapacidad por reconocer que tuvo el poder de decisión pero que no supo qué hacer ni lo entendió, y el espectro de un fin de sexenio con obras públicas cuestionadas e incompletas, un sistema de salud destruido, flagrantes actos de corrupción y una militarización que raya en el golpismo. En este punto es donde empieza el problema del error de cálculo.

El poder ciega. Pero el poder absoluto embrutece. Putin y Xi pueden pensar que llevar el mundo a guerras catastróficas les permitirá salir victoriosos y sus pueblos serán felices y satisfechos. Desde el otro lado del mundo, ese olor a pólvora se antoja engañosa, por no decir demencial.

Desde la silla del poder que ocupa, López Obrador está convencido que puede violar todas las leyes del país, usar todos los instrumentos y recursos del poder público y presionar a la sociedad en su pobreza y desesperación para, después, emerger victorioso de las elecciones presidenciales con un gobierno electo legalmente y con plena legitimidad. La pretensión presidencial está equivocada. Ahí es donde comete su error de cálculo.

A pesar de los innegables avances electorales de Morena, es un hecho objetivo y también innegable que el país está profundamente dividido. Las clases medias abandonaron a Morena en masa. Muchos sectores dudan de la confiabilidad de las promesas morenistas y no existe certeza alguna de que los precandidatos de Morena serán atractivos para la población en general, siendo recipientes, o no, de las ayudas de los programas sociales.

Si el país no estuviera tan dividido y el resultado electoral tan incierto, el Presidente no se sentiría con la necesidad de violentar, todos los días, el marco legal y constitucional para tratar de asegurar la victoria para su partido. A pesar de los pesares, el INE le reclama a Morena su descarada conducta ilegal en el manejo de sus procesos electorales internos. La Comisión de Quejas del INE le ha advertido a Morena que aún no inician los tiempos oficiales de precampaña, y mucho menos de campaña, por lo que ha ordenado a los seis aspirantes de Morena a que no hagan llamados al voto, que no promuevan la plataforma de Morena ni hagan promesas electorales, tal y como lo establece la ley.

También fueron advertidos que la violación a estos lineamientos puede derivar en que pierdan el derecho a registrarse legalmente como precandidatos y, después, participar en las elecciones presidenciales del 2024. Pero todos los precandidatos morenistas insisten en ignorar las instrucciones del INE, la ley electoral y la Constitución.

La Magistrada Janine Otálora, integrante del TEPJF, señaló que los actos de promoción previos y actuales de las “corcholatas” representan graves retos para el sistema judicial electoral. Señaló que “Debemos lograr que las y los actores políticos respeten las reglas electorales que ellos mismos han establecido a través de los representantes legislativos. Y esto llama particularmente a no realizar actos anticipados de precampaña y campaña. El respeto a los tiempos legales electorales es fundamental en nuestro sistema democrático.”

Agregó la Magistrada: “No podemos permitir que en paralelo a un sistema constitucional y legal camine un sistema ilegal o paralegal, inventado por los actores políticos que, finalmente, se traduce en un fraude a la ley”.

El resultado electoral producto de un “fraude a la ley” será ilegal y, por tanto, ilegítimo. Todos los actos y dichos del Presidente López Obrador están construyendo un fraude a la ley electoral y, por tanto, llevan a la elección de 2024 peligrosamente a un resultado ilegítimo. El esfuerzo del Presidente es sistemático, diario, constante y visible. Quien afirme lo contrario padece la misma ceguera.

Este es el gravísimo error de cálculo que comete hoy el Presidente. Cree que tiene la fuerza política para poder imponer a la sociedad mexicana un resultado electoral surgido de “un fraude a la ley electoral” y, por tanto, ilegítimo. También cree que podrá imponer ese resultado por la fuerza de las armas, si fuera necesario.

AMLO, como Putin y Xi, se equivoca. El error de cálculo de líderes autoritarios, cegados por el poder temporal que ejercen, es suponer que el poder es todo suyo. Y no es así. El poder es de la sociedad, y es prestado temporalmente. Pero insistir en ese error de cálculo hará que, en el corto y mediano plazo, la sociedad mexicana pague un alto precio en violencia e inconformidad por la ceguera del líder autoritario.

POR RICARDO PASCOE

ricardopascoe@hotmail.com
@rpascoep

MAAZ