ORBITANDO

Merodea el olor de la derrota

Hace casi 16 meses, Rusia decidió volver a invadir Ucrania, con el pretexto de liberar a los prorrusos de las garras “neonazis”

OPINIÓN

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Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace casi 16 meses, Rusia decidió volver a invadir Ucrania, con el pretexto de liberar a los prorrusos de las garras “neonazis” que controlan del gobierno ucraniano, pero con el paso de los días, semanas y meses ha comenzado a percibir el olor de la derrota. 

Tan es así, que el presidente ruso Vladimir Putin habla de que Ucrania inició una contraofensiva, –denunciándolo como si fuera un delito– que le ha dejado la reconquista de unas siete ciudades, que se suman al repliegue del Ejército ruso de Jersón, en noviembre de 2022. 

Además, hace tres semanas, drones atacaron el corazón de Moscú y al interior del país llovieron críticas por la vulnerabilidad de la seguridad en el centro neurálgico del poder ruso. 

Por supuesto, la autoría fue atribuída a Ucrania, pero más allá de quién esté detrás de la agresión, Rusia da muestras de que se está resquebrajando. 

Y hay que tener claro, que la ayuda militar a Ucrania, encabezada por Estados Unidos, se proporciona no en el contexto de la Alianza Atlántica, sino del Grupo de Contacto de Rammstein. 

Eso supone que Occidente no está empleando todavía todo su poder bélico en el apoyo a Kiev, y eso también debería de preocupar al Kremlin y a su necesidad de obtener un triunfo claro. Parece que su fracaso bélico en Afganistán los acecha. 

En una reciente entrevista con Ivana Klimpush-Tsintsadze, jefa de la Comisión de la Integración de Ucrania con la Unión Europea, advirtió que la paz y la estabilidad del viejo continente pasa por el ingreso de su país a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que a todas luces representaría un revés para los intereses de Rusia. 

Incluso, Klimpush-Tsintsadze señala que si en 2008 se hubiera concretado su ingreso a la OTAN no hubieran padecido la invasión rusa de 2014 y la pérdida de Crimea y muchos menos estarían hoy en un nuevo conflicto.

Pero también es verdad, que los hubiera no existen y hoy comenzamos a ser testigos de miles de atrocidades propias de la guerra. 

Mucho se hablaba del poderío del Ejército ruso, en tamaño y eficacia, pero al parecer ese prestigio estaba inflado, porque a más de un año y medio de su nueva invasión a Ucrania las cosas no han salido como en 2014, cuando se anexó a Crimea.  

Por el contrario, ahora Rusia está experimentando una serie de resultados negativos, que sólo han tenido alguna respuesta por el lado de los mercenarios del Grupo Wagner, fieles a Putin.  

La desesperación o las atrocidades de la guerra provocaron recientemente un fuerte daño al medio ambiente en Ucrania, tras estallar una pared de la represa de Nova Kakhovka. 

Ese acto derivó en la muerte de cientos de especies animales, inundaciones en tierras fértiles y un alto riesgo para abastecer de agua la planta nuclear de Zaporiyia, una de las más grandes de Europa para uso doméstico.  

Ahora, el problema es que la desesperación de unos y de otros puede provocar una escalada bélica indeseable. Además, hay que tomar en cuenta que las posibles negociaciones de paz están en un punto muerto.

POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

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