DESDE AFUERA

Un nombramiento interesante y sorpresivo

Bárcena es una formidable designación. La biografía de la aún embajadora en Chile, de 70 años, es espectacular en términos de lo que ha hecho y logrado

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La designación de Alicia Bárcena como secretaria de Relaciones Exteriores fue una bienvenida sorpresa.

Cuando todos los rumores apuntaban a Juan Ramón de la Fuente, actual representante ante Naciones Unidas, o Esteban Moctezuma, el embajador en Washington, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió un interesante mensaje feminista, de izquierda pragmática y latinoamericanista.

Ciertamente, Bárcena es un formidable nombramiento. La biografía de la aún embajadora en Chile, de 70 años, es espectacular en términos de lo que ha hecho y lo que ha logrado: por más de 20 años, trabajó en puestos públicos relacionados directamente con el desarrollo sostenible, el medio ambiente y la economía.

De 1982 a 1986, fue la primera subsecretaria de Ecología en la entonces nueva Secretaría de Desarrollo Urbano; de 1989 a 1992 fue directora del Instituto Nacional de Pesca y, a partir de 1995, inició una carrera internacional que la llevó a trabajar como jefe de gabinete de Kofi Annan y luego subsecretaria General para Administración en la Secretaría General de Naciones Unidas, bajo Ban Ki-Moon. De 2008 a 2022, encabezó la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

Fue también candidata mexicana a la dirección del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y luego nombrada embajadora de México en Chile.

No obstante, no puede olvidarse que en 1971, como integrante del Comité de Lucha de la Facultad de Ciencias, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde obtuvo el título de bióloga, participó en el análisis de la matanza del 10 de junio de ese año.

Igualmente, figura como miembro fundador del Grupo de Puebla, que agrupa a varios de los principales dirigentes y académicos de izquierda de América Latina y está sin duda entre los grupos que promueven la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

Casada por tercera vez con el exejecutivo chileno Aníbal Severino Rodríguez, con un hijo de su primer matrimonio, Eduardo, y el de Severino, Tomás, al que considera como propio.

Esa situación la ha hecho sensible a los desafíos que enfrentan las mujeres en posiciones internacionales o diplomáticas.

Pero, al mismo tiempo, y aunque vivió varios años en Nueva York, no tiene mayor experiencia en la relación bilateral, una que es determinante para México por su cercanía y su importancia social y económica y que los próximos 12 meses será sacudida por la retórica electoral estadounidense en temas como seguridad, especialmente tráfico de drogas y migración.

Es probable que como ha ocurrido en otros gobiernos y ha sido la norma en el actual, esa relación continúe bajo la égida directa de la Presidencia.

Sin embargo, al mismo tiempo, es un refuerzo de la posición latinoamericanista de este régimen aunque quién sabe si sea suficiente para resolver algunos pendientes como la relación con el gobierno de Perú y la Alianza del Pacífico, así como la sempiterna competencia político-diplomática con Brasil, por el liderazgo de América Latina. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@CARRENOJOSE1

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