ANÓNIMO ERA UNA MUJER

Jauría, arte comprometido

Una obra escrita a partir del juicio en contra de La manada, en el que se revictimizó a la mujer y se le señaló más que a los acusados

OPINIÓN

·
Melissa Moreno / Anónimo era una mujer / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“No pedí ayuda porque no pensé que iba a suceder lo que luego sucedió”, dijo la víctima de La manada. La mujer aparece luego temblando en el banco de un parque: está desesperada y en shock porque le robaron el celular y no puede comunicarse con nadie
para pedir ayuda, porque no puede hablar con su amigo y decirle que fue violada por cinco sujetos que la acecharon como animales. 

“Empecé a tener más miedo cuando me agarraron de la mandíbula para acercarme y que les hiciera una felación»”, dice; “noté cómo otro me cogía de la cadera y me bajaba los leggins y el tanga”, agregó. Todas son frases pronunciadas por actores, pero han sido sacadas de la transcripción del juicio a La manada y fueron utilizadas por el dramaturgo Jordi Casanovas para crear la puesta en escena “Jauría”. 

Hace tiempo que una obra no me conmovía hasta las lágrimas. Era un llanto de indignación, enojo y profunda tristeza al atestiguar, por medio de poderosas y contundentes actuaciones, el juicio en la víctima fue obligada a dar más detalles de su intimidad que los propios acusados y nuevamente es sometida, por abogados y por la prensa, al escarnio público. 

El nombre de la joven no fue revelado, por lo que recibió el pseudónimo que le otorgaron los medios: “La víctima de La manada”. El ataque sucedió durante las fiestas de San Fermín, en Pamplona, en julio de 2016. En la madrugada del 6 de julio, cinco amigos
acorralaron a la joven de 18 años en un portal estrecho para violarla al mismo tiempo. 

Grabaron todo en video, le robaron el celular y la dejaron tirada en la calle. 

Durante el primer acto de la obra, dirigida por Angélica Rogel, cada parte cuenta su versión de los hechos. En el segundo, la víctima declara ante la defensa, lo que se convierte en una “segunda violación”, en la que una mujer agredida sexualmente tiene que enfrentar más ataques a su persona: a su estilo de vida, a su credibilidad, a sus decisiones o falta de ellas y es acusada por “salir a la calle, por provocar, por ser mujer”. 

Saber que todo lo que es mostrado sobre el escenario, que las actuaciones están basadas en lo que dijeron e hicieron los protagonistas del caso, la vuelve aún más relevante y permite entender que las violencias deben señalarse, exponerse y nombrarse para poder combatirlas. Cobra sentido de urgencia entender que la actividad sexual sin consentimiento es una violación, por ello la importancia de realizar este tipo de arte con compromiso. 

Durante el juicio, asociaciones feministas protestaron bajo el lema "La manada somos nosotras" y al grito de: "Tranquila, hermana, aquí está tu Manada", "Si no nos matan, no nos creen" o "No es no, lo demás es violación" mostraron su apoyo a la joven. 

La víctima de La manada se convirtió en una inspiración para mujeres de todo el mundo. 

Después de su denuncia vino el movimiento #YoSiTeCreo, igual de relevante que el #MeToo en Estados Unidos. El Gobierno español y los partidos tuvieron que revisar el concepto de violencia para los casos de violación que figuraban en su Código Penal, lo que derivó en la ley conocido como "Solo sí es sí". “Jauría” se presenta en el Teatro del Centro Cultural Helénico, hasta el 16 de julio.

 

POR MELISSA MORENO
MELISSA.MORENOC@GMAIL.COM
@MELISSOTOTOTA

LSN