TRES EN RAYA

‘Conashit’ y la vacuna Patria

María Elena Álvarez Buylla, directora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, anunció apenas hace unos días que ya se tiene la vacuna Patria. Sí, aunque parece una broma de pésimo gusto, la señora se ufanó de ello

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Lo bueno: México ya tiene su vacuna contra el COVID-19. Lo malo: anunciar que estaba lista dos días antes de que la OMS declarara oficialmente terminada la pandemia. Lo feo: no sirve. De acuerdo con la FDA, las vacunas “monovalentes” como la Patria ya no sirven. Dinero, esfuerzo y tiempo tirados a la basura.

María Elena Álvarez Buylla, directora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, anunció apenas hace unos días que ya se tiene la vacuna Patria. Sí, aunque parece una broma de pésimo gusto, la señora se ufanó de ello.

A la par logró también que la llamada “Ley Buylla” fuera aprobada por el Senado de la República. Ello sin atender los procesos legislativos, sin escuchar a los expertos en investigación, ciencia y tecnología, mientras decidía que los militares debían formar parte del Consejo a partir de ahora.

Luego, frente a señalamientos y reclamos por parte de la comunidad científica nacional (relativos a los múltiples problemas y errores que contiene la mencionada ley), Álvarez Buylla decidió echar pleito y preguntar: “¿dónde estaban ustedes durante el sexenio de Peña Nieto?” La respuesta de la comunidad científica y de los medios de comunicación no se hizo esperar: circuló una foto de la hoy directora recibiendo el Premio Nacional de Ciencias 2017 de manos del expresidente…

Álvarez Buylla ha convertido al Conacyt en su feudo particular. A través de este cobra venganzas sobre sus colegas, impone una visión que poco o nada tiene que ver con la innovación científica, la investigación y la libre educación, y le imprime a todo ello un fuerte peso ideológico.

Se ha dicho hasta el cansancio: la ciencia y la investigación no funcionan en razón de una ideología. Responden a necesidades apremiantes de la población, a las preguntas que plantean los investigadores, al espíritu del ser humano que no se contenta con una respuesta mística o una limpia con ramas…

La Ley Buylla en realidad normaliza vicios y obsesiones ideológicas en el Conacyt. En ningún momento busca mejorar los procesos de desarrollo en nuestro país. Tampoco pretende optimizarlos o impulsar instituciones de investigación, sean públicas o privadas. Y si bien no considero que la ciencia y la investigación fueran óptimas en sexenios anteriores, sí se avanzaba lentamente en el camino correcto.

La administración de Álvarez Buylla se ha caracterizado por un espíritu combativo en contra de los propios científicos, de los estudiantes que tienen una beca en el extranjero, del pensamiento independiente (no comulgaban necesariamente con el gobierno y ahora deben hacerlo), de centros de docencia como es el CIDE, del mismo Sistema Nacional de Investigadores (¿irá este a desaparecer pronto?). Álvarez Buylla elimina las de por sí pocas oportunidades que existen en el mundo para la investigación científica. Su apuesta no es la de una investigadora. Esboza a una persona que sólo le interesa quedar bien con el poder, hacer política y cobrar afrentas personales.

El mismo mal tino que tuvo la vacuna Patria caracteriza a la nueva ley de ciencia y tecnología en “nuestro país. Ahonda la distancia entre nosotros y otras naciones que sí están invirtiendo y apostando por la investigación.

Ilustremos este punto con el asunto de la vacuna: se sabe ahora que esta no sirve, pero aun así piensan fabricarla masivamente. Menester preguntarse, entonces, ¿cuánto costará producirla?,¿cuánto irla “actualizando”?, ¿será que usen a la gente más ignorante y humilde como conejillos de indias?

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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