El pasado 30 de abril se festejó el día de la niña y del niño en un país donde las niñas y los niños (NN) menores de tres años no logran desarrollar todo su potencial, crecen con carencias y lagunas en los ámbitos cognitivo, socioemocional, físico-motor y del lenguaje que les condena a una vida con menos oportunidades, principalmente, a aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad y de pobreza. La pregunta es entonces, ¿realmente tienen algo que festejar las NN que se encuentran en estas condiciones?
La respuesta obvia es ¡no! Sin embargo, hay que reconocer que hay instituciones de la administración pública, organizaciones de la sociedad civil y académicos que han trabajado de manera conjunta para mejorar las condiciones de vida de nuestras NN menores de tres años. Tras casi un año de trabajo, las que conforman la Comisión de Primera Infancia del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), lograron construir el Plan de Implementación de la Política Nacional de Educación Inicial (PIPNEI) que constituye la traducción, en acciones concretas, de la Política Nacional de Educación Inicial.
A pesar de que este trabajo ya está realizado y que debía haber sido publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) desde el 14 de septiembre de 2022, la Secretaría de Educación Pública (SEP) se ha negado a hacerlo, incurriendo en una ilegalidad. Aún no queda claro por qué un trabajo colegiado que está construido en favor de los casi ocho millones de NN menores de 3 años sigue guardado en un escritorio. Vale la pena resaltar cuáles serían las consecuencias de que el Plan de Implementación no se publique o, dicho de otra manera, debemos conocer de qué se están perdiendo las NN por la negligencia de la SEP.
En primer lugar, se plantea la expansión de la cobertura de la educación inicial con perspectiva de equidad; actualmente la cobertura de este sistema educativo es de 2.71%, es decir, 97% de los NN menores de tres años en nuestro país no asiste a ningún servicio de educación inicial, ello pese a que es obligatoria desde 2019. El Plan de Implementación establece las acciones concretas para lograr este propósito, como realizar diagnósticos, regularizar los niveles educativos, así como identificar las necesidades de cobertura para poder ampliarla.
Otra de las consecuencias es que las NN de este grupo etario no tendrán servicios de calidad, ni en la modalidad escolarizada ni en la no escolarizada, ya que en el Plan se señala el diseño y aplicación de estándares estructurales y de proceso, así como el diseño del currículo nacional aplicable a la educación inicial, la formación inicial y continua de los agentes educativos, y la armonización normativa. Sin todos estos cambios y ajustes, la educación inicial y sus servicios seguirán sin garantizar el derecho a aprender de estos NN.
Otro de los propósitos del PIPNEI es promover en las familias el desarrollo de prácticas de crianza enriquecidas y vínculos afectivos sólidos, pero al no publicarse, se pierde tiempo valioso para destinar recursos para campañas de sensibilización e información que permitan a las familias reconocer la importancia de lograr una crianza con un enfoque de cuidado cariñoso, sensible y responsivo. Hoy, 38% de NN de uno a cuatro años sufren agresión psicológica y castigos físicos severos en el hogar (ENSANUT, 2021).
Uno de los grandes aportes de este Plan de implementación es que se especifican las autoridades responsables y la temporalidad para llevar a cabo dichas acciones. Es verdad que no todo le corresponde a esta administración, pero si no empezamos desde ahora a construir el camino en beneficio de los más pequeños, estamos condenándoles a un futuro desolador. Hay que empezar ¡YA! porque en el presente construimos las bases del futuro.
POR KATIA CARRANZA
INVESTIGADORA EN MEXICANOS PRIMERO
@BACKSB14
LSN