COLUMNA INVITADA

¿Por qué está tan enojado el Presidente?

Probablemente se debe a que el tiempo le juega en contra, y él sabe que a poco más de un año de finalizar su sexenio no ha resuelto casi nada de los compromisos que ofreció al iniciar su administración

OPINIÓN

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Martha Gutiérrez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En las últimas semanas hemos visto a Andrés Manuel López Obrador arreciar sus ataques hacia la SCJN. Hacer fuertes declaraciones en contra del gobierno de Dina Boluarte, negándose a entregar a Perú la presidencia pro tempore (por un tiempo determinado) de la Alianza del Pacífico. Incautar parte de la unidad ferroviaria concesionada  a Grupo México de Germán Larrea y que ahora será operada por la Armada. Por si fuera poco, también ha anunciado su intención de adquirir Banamex bajo un modelo Asociación Publicó Privada.

Este incremento del Presidente de la República por comprar todos los pleitos sin filtrar, reaccionando de bote pronto resulta preocupante por los niveles de conflicto y polarización en los que está metiendo al país.

Probablemente el enojo de Andrés Manuel se debe a que el tiempo le juega en contra, y él sabe que a poco más de un año de finalizar su sexenio no ha resuelto casi nada de los compromisos que ofreció al iniciar su administración, por ejemplo: con la Corrupción no acabo, la Salud no la atendió, la Seguridad y la Educación tampoco, y que si por algo se ha distinguido este gobierno es por su falta de transparencia y resultados, y porque además él sabe que la factura que le va a cobrar la historia será costosa.

Sin embargo, todavía resulta más preocupante la incapacidad de los lideres de los partidos políticos del PAN, PRD, PRI, y ahora hasta de MC quien se presume ser un partido "ciudadano" (sí me refiero a Dante Delgado), para ponerse de acuerdo y diseñar un método de selección de quienes encabecen el proyecto de la oposición que convoque a la unidad y a la construcción de un acuerdo de coalición que garantice el triunfo de la mayoría de las posiciones federales y locales que se compiten en el 2024, y que son vitales para la recuperación de todas las regiones del país, sobretodo que garantice el desarrollo de una gobernanza eficaz y pacífica.

Para ello deberían estar analizando y poniéndose de acuerdo en el perfil de quien encabece el proyecto de oposición rumbo al 2024, y que deba ser el mejor, que tenga cabeza muy fría e inteligente, que no compre pleitos con Andrés Manuel López Obrador, con un entendimiento real de la sociedad, de la transformación actual y de las perspectivas para el México del siglo XXI, con un diagnóstico  claro de las crisis internas por las que atraviesa nuestro país, que sea capaz de construir un liderazgo nacional, contar con preparación profesional y experiencia en la administración pública, política, económica y social, que cuente con el talento para desarrollar y encabezar una estrategia de competitividad electoral ganadora para el 2024, y con un programa político de Innovacion 25-30 que integre propuestas políticas, económicas, sociales, regionales y de seguridad viables y objetivas, capaz de motivar a los electores a votar.

Esa debería ser la discusión de los flamantes dirigentes Marko Cortés, Jesús Zambrano, Alito Moreno y Dante Delgado debieran estar teniendo. Deberían estar ocupando su tiempo junto con las Organizaciones de la Sociedad Civil, en conformar un equipo de personajes honorables y notables que se aboquen a evaluar los perfiles de los aspirantes, para decidir quién reúne los atributos para encabezar la coalición que en estos momentos México necesita. En lugar de andar inventando ocurrencias como el millón de firmas, o por encuestas, donde el más conocido o popular no necesariamente es mejor, o de elecciones primarias abiertas, para lo cual por cierto, no tienen ni dinero ni capacidad, y el tiempo corre.

Más valdría que los dirigentes de los partidos políticos dejaran de una vez por todas sus grillas e intereses particulares y se ocuparan de su responsabilidad y de lo verdaderamente importante,  y escucharan lo que les vienen exigiendo millones de ciudadanos que no se sienten representados por ningún partido político, incluyendo a Morena.

Porque de lo contrario las cosas se pondrán todavía peor y ya no habrá marcha atrás. Porque conforme se acerque el final del sexenio y el poder de la silla se vaya extinguiendo, se hará más evidente el desequilibrio personal de un López Obrador que así como se niega a entregar la presidencia de la Alianza del Pacífico, probablemente se niegue a dejar la presidencia de México en 2024.

Y no es pregunta.

MARTHA GUTIÉRREZ

COLABORADORA

@MarthaGtz

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