Estamos en la cuenta regresiva de unas elecciones locales en donde independientemente del resultado, es seguro que el presidente mantendrá el ascenso de su radicalismo, ante su ineficiente modo de gobernar y la posibilidad clara de que su proyecto político autoritario se verá truncado por la voluntad popular, que en ningún caso le concederá su deseo de que su claque se convierta en una mayoría absoluta que arrase con la división de poderes.
Es importante que los votantes del Estado de México y Coahuila reflexionen sobre los valores que desean para su sociedad y evalúen cuidadosamente las propuestas de los candidatos, porque los dos polos competitivos representan cosas muy distintas.
Confío en el triunfo de Manolo Jiménez y de Alejandra del Moral porque por trayectoria profesional y proyecto político, ellos representan la defensa de las libertades fundamentales, la transparencia y la rendición de cuentas que deben ser considerados como una prioridad en la toma de decisiones electorales. Al hacerlo, se puede contribuir a la construcción de sociedades más justas, inclusivas y respetuosas de los derechos de todos sus ciudadanos; a diferencia de la regresión democrática que representan los candidatos oficiales de Palacio Nacional.
La lucha electoral de los coahuilenses y los mexiquenses está entre dos conceptos opuestos: libertades y autoritarismo. Estos términos representan dos visiones políticas antagónicas que tienen un impacto significativo en la sociedad y en el rumbo que toman los países mismos. Esta dicotomía plantea una elección trascendental para los votantes, ya que determina el tipo de gobierno y las políticas que se implementarán en el futuro.
Por un lado, las libertades representan los valores fundamentales de una sociedad democrática. Estos incluyen derechos individuales como la libertad de expresión, de prensa, de asociación y de pensamiento. Además, abarcan la igualdad de oportunidades, el respeto a los derechos humanos y la participación ciudadana en la toma de decisiones.
En un contexto electoral, los candidatos que promueven las libertades se centran en fortalecer las instituciones democráticas, salvaguardar los derechos civiles y fomentar la transparencia y la rendición de cuentas. La elección de estas propuestas representa la defensa de una sociedad plural, inclusiva y abierta.
Morena es el rostro encarnado del autoritarismo, implica una concentración de poder abusiva en contra de los más pobres y de los poderes públicos, limitando las libertades individuales y colectivas. Votar por Morena representa una erosión de las libertades civiles, la polarización social y una menor participación ciudadana en la toma de decisiones.
Con el voto se puede castigar a las malas personas que se regocijan en la corrupción de los moches, que no tienen recato en recortarle la nómina a los empleados con tal de enviar sobres amarillos para financiar el proyecto autoritario de Morena. A promover el voto por las libertades y la eficacia gubernamental.
POR LORENA PIÑÓN RIVERA
Diputada federal
@lorenapignon
MAAZ