COLUMNA INVITADA

Ana Gabriela, entre la política y el deporte

La rudeza de las declaraciones de Guevara sorprende porque, como exatleta, padeció la burocracia, intereses políticos y presiones a los deportistas

OPINIÓN

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Onel Ortiz Fragoso / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Ana Gabriela Guevara, medalla de plata en Atenas 2004 y titular de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), está en el ojo del huracán, porque la selección mexicana de nado artístico, que obtuvo tres medallas de oro y una de bronce en el mundial de la especialidad en Egipto, denunció la falta de apoyo por parte de las autoridades. Para completar el costo de su viaje, las nadadoras tuvieron que vender trajes de baño y conseguir patrocinios privados. 

El tema escaló y por tres días estuvo en las mañaneras de AMLO, quien informó que algunas de las seleccionadas eran integrantes de la Secretaría de Defensa Nacional. Ana Gabriela Guevara atizó la hoguera del pleito. Fue dura y dijo que las nadadoras mentían y que si querían que vendieran hasta “calzones”. 

La rudeza de las declaraciones de Ana Gabriela sorprende porque, como exatleta, padeció la burocracia, intereses políticos y presiones a los deportistas que luchan por competir en justas internacionales. 

Nadie esperaba que Ana Gabriela transformará por sí sola la política deportiva, pero sí que ella, de manera personal, estuviera del lado de los atletas; sin embargo, como servidora pública repitió los mismos vicios e insensibilidad que sus antecesores. Lástima se perdió una excelente oportunidad para dar un impulso y cambiar de fondo al deporte de élite en México. 

Este pleito revela varios aspectos lamentables de nuestro deporte. Primero, y antes que nada, una felicitación al equipo de nado artístico por sus éxitos deportivos. Como dice el clásico “haiga sido como haiga sido”, esas cuatro medallas son un aliciente para esta disciplina. 

Las atletas poco o nada tienen que ver con los obstáculos burocráticos, las pugnas políticas y los intereses económicos que padece la Federación de Nado Artístico y otras federaciones, que en su conjunto mantienen en la mediocridad al deporte nacional. 

La tragicomedia de todo esto, es que sí existen recursos para el deporte de élite. Pero razones ajenas a lo deportivo provocan que dichos recursos no llegan, llegan tarde, tienen sesgo o se pierden en la burocracia. 

En la inmensa mayoría de los casos, los atletas de élite pueden competir por enormes esfuerzos personales y familiares. 

Tener un atleta de élite o un equipo competitivo a nivel internacional es un proyecto de mediano y largo plazo. Si bien la materia prima son los atletas, se necesitan entrenadores, preparadores físicos, fisioterapeutas, nutriólogos, incluso psicólogos. Es tener instalaciones adecuadas, equipo de última generación y apoyos económicos personales como becas, alojamientos y recursos para competir a nivel internacional en las justas clasificatorias y preparatorias de sus disciplinas. 

La Olimpiada de París 2024 está a la vuelta de la esquina. Como van las cosas no esperamos ningún desempeño extraordinario de nuestra delegación. Quizá algún logro personal, en taekwondo, caminata, clavados y ahora nado artístico. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

 

Por Onel Ortiz Fragoso

Colaborador

@onelortiz

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