COLUMNA INVITADA

El Signo Permanente de México se inscribe en letras de oro en el Senado de la República

La leyenda Benito Juárez, Benemérito de las Américas, hoy se lee en lo alto del Muro de Honor del Salón del Pleno

OPINIÓN

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Raúl Bolaños-Cacho Cué / Opinión / El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Para oaxaqueñas y oaxaqueños, hablar de Juárez es pronunciar el nombre del más grande personaje que haya visto nacer nuestra tierra, es tocar la fibra más sensible de nuestros corazones y el recuerdo más venerable de nuestras mentes. Decir Juárez, nos llena de orgullo, es poner en nuestra boca palabras mayores.

Sin duda alguna, para Oaxaca, Juárez es brújula y estandarte, para el país es visión, paz e inspiración. Más allá de un hombre ejemplar, es el Signo Permanente de México, fundamental en la creación del Estado mexicano, del ideario nacional, así como pilar de la historia de nuestra patria y del mundo entero.

Orgulloso heredero de la sangre zapoteca, tenaz e inquebrantable, Benito Pablo Juárez García venció con gran carácter la discriminación por su origen humilde, y con enorme sed de conocimiento, venció las escarpadas sierras del estado para llegar a la Ciudad de Oaxaca y convertirse en una de las mentes más preclaras de su época y uno de los más ilustres políticos de la nación. Su vida entera es una lección de moral cívica para toda la humanidad, lo que lo convierte en el más universal de todos los oaxaqueños.

La geografía nos ha hecho testigos del periplo de su vida: Guelatao, es el punto de origen de la biografía del hombre, Oaxaca, el punto de partida para la historia del ilustre personaje nacional y México su destino final.

Juárez vislumbró un país potente y vigoroso, cimentó una nación de leyes y derechos, apuntaló un México de oportunidades para todos. Nos heredó un gran ejemplo que debe hacernos sentir profundamente honrados de ser oaxaqueños, de ser juaristas y de ser mexicanos. 

Por todo esto y mucho más, como senador por Oaxaca, me di a la tarea de impulsar la iniciativa que hiciera justicia histórica al Gigante de Guelatao, para inscribir su nombre en todo lo alto de la Casa de las Leyes. Porque en mi mente de mexicano, de senador, y sobre todo, en mi corazón oaxaqueño, no podía caber la idea de que el nombre de Benito Juárez no estuviese plasmado en letras doradas sobre el Muro de Honor de la máxima tribuna de la nación. 

Así, en Sesión Solemne y con la presencia del gobernador del estado, Ing. Salomón Jara; del presidente de la Junta de Coordinación Política, senador Ricardo Monreal; de senadoras y senadores, diputadas y diputados locales y federales, magistrados, presidentes municipales e invitados especiales, develamos el nombre de Benito Juárez, Benemérito de las Américas que se queda inscrito en el Senado de la República y en el corazón de todo México.  

POR RAÚL BOLAÑOS

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