COLUMNA INVITADA

La lucha por la reivindicación de las y los maestros

La movilización ha sido siempre la forma de protesta de la CNTE; ciertamente genera molestia a muchas personas, pero no por eso deja de ser una forma legítima de encausar sus demandas

OPINIÓN

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Benjamín Robles Montoya / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El pasado lunes, en el marco de la conmemoración del Día del Maestro, AMLO anunció un aumento salarial para las y los maestros con el fin de que ninguno gane menos de 16 mil pesos mensuales, lo cual es una forma más de reconocimiento por parte de su gobierno a la relevancia que la labor docente reviste para México. Sin embargo, el martes, un importante número de compañeras y compañeros del magisterio se manifestó afuera de Palacio Nacional en demanda de un mayor aumento salarial, de que se termine de eliminar la reforma educativa de Peña Nieto y que la Dirección General de Educación Indígena, Intercultural y Bilingüe (DGEIIB) de la SEP no sea trasladada al Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, en lo que estoy totalmente de acuerdo. Me expreso a favor de sus demandas.

Al mismo tiempo en Oaxaca la Sección XXII cerró los accesos al aeropuerto de Santa Cruz Xoxocotlán al considerar insuficientes las respuestas del gobierno del Estado al pliego petitorio que entregaron el pasado 1° de mayo. Desde mucho antes de llegar a la presidencia, la educación ocupó un lugar preponderante dentro de las propuestas de AMLO y en la 4T siempre hemos reconocido a las y los maestros como baluartes en la formación de nuevas generaciones de mexicanas y mexicanos que eventualmente tomarán las riendas del país, así que tenemos muy clara la relevancia de su labor.

Siempre nos opusimos a la mal llamada reforma educativa de Peña Nieto que más bien fue una reforma laboral del sector educativo para controlar al sindicalismo magisterial bajo el discurso maniqueo de que en él radicaban todos los males de la educación.

Tan no fue una reforma educativa que el gobierno jamás asumió su responsabilidad ni la de sus antecesores por la falta de capacitación a las y los maestros, las deficiencias y atrasos de los programas de estudio, la carencia de condiciones mínimas de infraestructura en muchos lugares del país, los errores en los libros de texto, todo lo cual es responsabilidad del Estado en lo general y de las autoridades educativas en lo particular; pero fue más fácil culpar al magisterio.

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación creado en esa reforma fue el mecanismo en contra de las y los maestros bajo un esquema perverso en el que el Estado no les garantizaba la actualización y capacitación permanente, pero sí los sometía a un mecanismo de evaluación punitiva. 

Por eso, con la 4T en la presidencia y la mayoría en el Congreso, pusimos fin a la reforma de Peña Nieto con una nueva reforma de visión humanista que reivindica a las y los maestros. Estamos reencaminando la educación nacional que el neoliberalismo destruyó. En cuanto a la readscripción orgánica de la DGEIIB, la iniciativa correspondiente será analizada en su oportunidad por el Congreso y habremos de garantizar que la voz de las y los maestros sea escuchada. Ellas y ellos cuentan cuentan con mi respaldo. Por lo pronto digo que esa iniciativa no debe pasar.

La movilización ha sido siempre la forma de protesta de la CNTE; ciertamente genera molestia a muchas personas, pero no por eso deja de ser una forma legítima de encausar sus demandas. Sin embargo, su labor docente y también su labor social (de la que casi no se habla), particularmente en Oaxaca, son dignas de exaltarse. Mi reconocimiento a las y los maestros. En la 4T seguiremos luchando por la reivindicación de su labor, la constante mejora de sus condiciones de trabajo y el fortalecimiento de la educación nacional.

 

POR BENJAMÍN ROBLES MONTOYA

COLABORADOR

@BENJAMINROBLESM

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