Estuvo estos días pasados en Málaga y Madrid invitado a un par de festivales hermanos, con otros 70 escritores de los dos lados del Atlántico a los que además estaba Alejandro González Iñárritu.
Se trató de un diálogo excepcional en donde varias generaciones se tocan y trastocan.
Me surgen de inmediato dos primeras reflexiones a vuela pluma.
La primera es si verdaderamente nos escuchamos.
La prensa española, lo comentaba con uno de los organizadores, Fernando Iwasaki, no tomó en cuenta el par de encuentros porque seguimos siendo el territorio lejano de los conquistados.
Es como cuando las editoriales nos compran a los escritores derechos mundiales en español y luego no nos editan más que en nuestros países para que finalmente nuestros libros no viajen a España.
Me he preguntado si es un miedo a un nuevo boom o simple ignorancia.
No lo sé, pero se ve como un nuevo colonialismo.
La segunda reflexión tiene que ver con algo más importante, la poca centralitas del quehacer literario en nuestros días.
Pensar que por ahora hemos perdido la batalla frente a los medios y las redes.
Se publica tanto y no se lee nada, por ejemplo.
En una de las mesas se nos dijo que sólo en España se editan más de ocho mil libros infantiles al año pero que no se lee casi nada; que seis de cada 10 españoles afirman que no les gusta leer.
Si esto lo extrapolamos a los índices de lectura de nuestra Homérica Latina, que decía Marta Traba, o a México la cosa se agrava.
Los índices de Nielsen nos dicen, por ejemplo, que en México no se vende ficción
Los libros más vendidos del último año fueron todos de no-ficcion.
La literatura con mayúsculas se perdió allí también. La batalla editorial, los muchos libros y los pocos lectores.
A mi juicio la inmensa minoría que somos como escritores y lectores estamos dando vueltas a una noria mal afeitada que deberíamos ponernos a reflexionar.
Los editores, los escritores, los promotores de lectura estamos obligados a detenerla del todo.
Antes de la próxima feria, de los próximos números de facturación, del nuevo plan editorial. Sé por otro lado que no va a ocurrir y seguiremos actuando sin sentido de urgencia.
En medio de este mundo enloquecido Verdial y Con Acento, los festivales a los que me refiero son de cualquier forma una bocanada de aire fresco y un diálogo inicial importante.
PEDRO ÁNGEL PALOU
COLABORADOR
@PEDROPALOU
PAL