LA NAO DE CHINA

El milagro económico de la República Socialista de Vietnam

De acuerdo con el embajador de Japón, “la mayoría de las empresas japonesas globales toman en cuenta los proyectos de largo plazo a la hora de aterrizar sus inversiones en el mundo”

OPINIÓN

·
Adolfo Laborde / La Nao de China / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Numerosos hombres de negocios, diplomáticos y especialistas en Asia Pacífico se han referido de manera positiva de la República Socialista de Vietnam y lo han mencionado como ejemplo de lo que se debe hacer en términos de una proyección de país a largo plazo, tal y como comentó el embajador del Japón en México, Sr. Noriteru Fukushima en entrevista para este diario. 

De acuerdo con el embajador de Japón, “la mayoría de las empresas japonesas globales toman en cuenta los proyectos de largo plazo a la hora de aterrizar sus inversiones en el mundo”. 

Conforme al Banco Mundial (2023), este país cuenta con alrededor de 97 millones de habitantes, es la economía número 36 en el mundo y su Producto Interno Bruto (PIB) creció en 2022 alrededor de 8% y su ingreso per cápita por habitante es de unos tres mil 700 dólares anuales. 

El crecimiento se ha concentrado en las industrias manufacturera, de construcción y procesamiento. Esto se observa desde que uno llega al aeropuerto. Vietnam es un país en construcción que se encuentra en un proceso de apertura a la Inversión Extranjera Directa y con programas de estímulos fiscales para competir con sus vecinos. No es extraño ver empresas filiales de corporaciones globales establecidas en ese país procedentes de Corea del Sur, China, Japón y Taiwán que se han sumado a la dinámica de la relocalización de cadenas de valor procedentes no solo de China, sino de Tailandia. 

La pujante economía se puede apreciar en la actividad comercial, el turismo y el movimiento de una gran cantidad de mujeres y hombres nacionales y extranjeros de negocios en la capital. 

Como pasa regularmente en las economías en crecimiento, la construcción es un indicador de esto. Ho Chi Minh con su encanto y vida agitada, es testigo del surgimiento de nuevos polos económicos y construcciones que albergarán a los nuevos corporativos que se están instalando o se ubicarán ahí. 

En poco tiempo, el pueblo vietnamita ha pasado de vivir del amargo recuerdo de la guerra a la esperanza de convertirse en un país en proceso de desarrollo, tal y como sucedió con otros países en Asia en la década de los 80 y 90. 

“Ahora, casi todos hemos olvidado la guerra, pensamos en el futuro”, es la frase que más escuché cuando hablaban los vietnamitas que eran o nuestros guías, o empleados de restaurantes y hoteles. Hay en general, un espíritu de esperanza y credibilidad en lo que el gobierno vietnamita está emprendiendo en materia de apertura comercial y de inversión. 

En cuanto a la relación comercial con México, en el marco del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT) es nuestro octavo destino de exportaciones y cuarto en importaciones. 

El comercio total para el año de 2022 sumó 7073.90 millones de dólares. Las principales mercancías que exportamos a ese mercado son: percutidos de bobino, dióxido de titanio, vehículos, algodón y unidades de memoria. Los productos que México le compra a Vietnam son: derivados de la industria eléctrica, aparatos emisores, circuitos modulares, circuitos integrados híbridos y ensambles de pantalla plana (Secretaría de Economía, 2023).

Los días que estuve en Vietnam pasaron muy rápido, pero pude constatar de primera mano que además de la apertura a la inversión y al comercio internacional, existe un programa serio y robusto de infraestructura que se observa a simple vista en las carreteras, puentes y puertos. De la seguridad ni hablamos. 

La presencia del ejército y la policía es parte de las postales que uno puede observar en este bello y exótico país. La pregunta es ¿qué papel juega el partido comunista en todo esto y cómo la población vietnamita se alinea a ello? Estas y otras interrogantes, esperemos darle respuestas en nuestra siguiente colaboración.

POR ADOLFO LABORDE

PAL