Estamos a 15 días de que finalicen las campañas en el Estado de México, con un debate más por realizarse y con encuestas que no modifican las tendencias iniciales, qué podemos esperar los electores. Las candidatas y sus equipos podrían dar gratas sorpresas si se profundiza la discusión de sus propuestas o por el contrario puede, particularmente la derecha, intentar la última guerra de lodo para buscar arrancarle puntos a la candidata de Morena.
¿Y esto por qué es un asunto de todes? La idea que la derecha ha colocado de un país en polarización política, omitiendo hablar de la polarización estructural impuesta por décadas de gobiernos insensibles, sin vergüenza, ineficientes y, en síntesis, ladrones, parece estar regresando como “karma” a quienes la originaron. El icónico Estado de México, cuna del priismo más duro del país y pieza fundamental del engranaje necesario para la obtención de la presidencia de la República parece día con día teñirse más de guinda.
La candidata que encarna esas viejas formas de la política es al mismo tiempo la candidata que se duele de tener que aguantar “las mentadas de madre en el toque de puertas”. El viejo régimen aglutinado en una “impensable” alianza del PRIANRD se mantiene en pie prácticamente por la inercia de la campaña, pero son notarias las contradicciones, las turbulencias y los esfuerzos histriónicos para guardar la compostura.
Algo poco común en una campaña priista se ha vuelto notorio, el desorden. Una semana la candidata del PRI desconoce al “viejo PRI” y días después hay viejos priista acompañando sus actos; la candidata de la derecha declara que efectivamente Alfredo Del Mazo la abandonó en su campaña y reconoce que es lo deseable en un régimen democrático y días después viejos priistas de su equipo de campaña salen a declarar que los funcionarios públicos del gobierno del estado deben de meterse a la elección por que sus posiciones se las deben al PRI; la candidata identificada con el peñismo sale a decir que ya alcanzó a la Maestra Delfina en las encuestas para inmediatamente después negarse a dar las cifras o los nombres de las casas encuestadoras que sustenten sus dichos.
Qué esperar entonces del PRIANRD en el cierre de las campañas, será su intento de formarse una imagen conciliadora lo que se imponga, esa imagen se traducirá en una verdadera vocación democrática en la jornada electoral permitiendo y fomentando un voto libre o se recrudecerá la violencia verbal rumbo al cierre para dar paso a las campañas negras que generalmente son el preludio de las peores prácticas el día de la jornada electoral, el PRI se podría estar planteando no obtener su “carta de buena conducta” e ir por la constancia de mayoría ¿a costa de lo que sea? ¿Es demasiado pedir que la derecha actúe en respeto a la legalidad? Confiar en la actuación “buena” de quienes públicamente tienen expresiones como las conocidas ya en videos que fueron virales es cándido, no se puede pedir que nos de peras un olmo. La izquierda lo sabe y debe dar muestras de estar preparada para enfrentar ese reto.
POR DANIEL SERRANO
LIDERAZGO POLÍTICO DE IZQUIERDA EN EL EDOMEX
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