AIRE PARA PENSAR Y DEJAR PENSAR

Besos de sabores

Como bien dijo el poeta Jaime Sabines: “Los besos son esa cosa maravillosa que sólo los que aman saben dar y recibir”

OPINIÓN

·
Paola Albarrán / Aire para pensar y dejar pensar / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Siempre he pensado en la enorme fortuna de poder contar con recursos inagotables para decir te quiero. Como los besos, para ir construyendo fortalezas invisibles e irrompibles.

El beso, es ese acto de amor y pasión que nos lleva a lugares desconocidos, que nos hace sentir vivos y en el que perdemos la noción del tiempo y el espacio. Jaime Sabines, uno de los poetas más emblemáticos de la literatura mexicana, supo plasmar de manera excepcional el significado detrás de este gesto. Para el poeta, el beso es más que un simple contacto de labios, es una explosión de emociones y sensaciones que nos hacen vibrar el alma. En su poema “Los amorosos”, describe el beso como un acto de rebeldía contra las normas sociales, una forma de decirle al mundo que el amor es más importante que cualquier convención.

Un beso es el lenguaje del amor, una forma de comunicarnos sin palabras, es una promesa de felicidad, un regalo que se comparte entre dos seres que se aman.

Hay muchos tipos de besos, el principal, sin duda, te lleva de inmediato a despertar la pasión, pero hay distintos sabores de besos, aquellos que te llevan a sellar un para siempre, a decir me importas, te bendigo, te quiero, te protejo, te perdono, te reconozco. Existen otros besos que son sólo por protocolo, un saludo, un gesto. Hay besos famosos que se quedan para siempre, besos que saben a traición o a promesas. Hay otros tantos que son el cierre de alguna historia, que quizás guarden un mensaje de esperanza, y existen otros tantos besos más que son besos especiales, que son la combinación de distintos sentimientos.

Hay besos públicos, esos que nos vendieron de niños como el inicio de un para siempre, pero los besos generalmente empiezan siendo secretos, donde sólo caben dos, donde los protagonistas reconocen aquella energía donde serán capaces de tejer en lo intangible las decisiones importantes de la vida. Existen también besos invisibles, que no por no darlos, no es que no existan. ¡Cuántos besos de estos no hay! Besos prohibidos que se piensan pero no suceden, como dice Joaquin Sabina: “Los besos que no se dan son los más importantes”.

Un beso robado es una aventura en sí misma, un impulso que surge del corazón y que puede cambiar el curso de nuestra vida para siempre.

Borges entendía que los besos son un lenguaje en sí mismos, una forma de comunicación que va más allá de las palabras y que nos permite expresarnos de manera única y especial.

Gustav Klimt, uno de los artistas más reconocidos del modernismo vienés, incorporó el beso como tema recurrente en su obra. Para Klimt, el beso era una representación de la unión entre dos seres y la conexión espiritual que se establece.

Un beso te puede llegar a tatuar el alma, donde nacen flores o quedan cicatrices, cierras los ojos, confías, se paraliza el tiempo, no puedes ver nada aunque pocas veces tienes tanta claridad. Es hacerle eco a lo que sientes y ponerte en el presente.

Los besos son llaves que abren puertas, que te conducen hasta lo más profundo de ti, beso a beso es como ir caminando hacia la profundidad y apagando las alertas de peligro. 

En definitiva, el beso es un gesto cargado de significado, una acción que trasciende lo físico.

POR PAOLA ALBARRÁN

paolaalbarran1@gmail.com
IG: @paolaalbarran

MAAZ