COLUMNA INVITADA

Ciudad Universitaria (UNAM) II, patrimonio UNESCO

Ciudad Universitaria es un complejo paisajístico-constructivo enorme y asaz diversificado en sus funciones, por lo que resulta imposible mencionar las construcciones a detalle

OPINIÓN

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Luis Ignacio Sáinz / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

La entrega de la semana pasada subrayó que la continuidad en el desarrollo del proyecto Ciudad Universitaria, al menos desde 1943 con la identificación de los terrenos hasta la normalización de su operación en 1954, resultó condición necesaria para su cumplimiento integral. Sorprende, en un país desordenado por principio y sujeto a los protagonismos de los funcionarios en turno, la convergencia de voluntades, la casi invisibilidad de los mismísimos rectores (Rodulfo Brito Foucher, Genaro Fernández McGregor, Salvador Zubirán, Luis Garrido y Nabor Carrillo) e incluso los presidentes de la República (Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ru iz Cortines), quienes se mantuvieron discretos en el monitoreo de los trabajos, confiando en el propio director del Banco de México, Carlos Novoa, la misión de control y auditoría al constituirse el Patronato Universitario bajo su dirección, auxiliado por Eduardo Suárez, secretario de Hacienda y Crédito Público de 1934 a 1946, y David Thierry, el más destacado administrador de la época, en calidad de vocales. 

Ciudad Universitaria es un complejo paisajístico-constructivo enorme y asaz diversificado en sus funciones, por lo que resulta imposible mencionar las construcciones a detalle. Me detendré en algunas de las más relevantes, nombrándolas con sus denominaciones actuales, resaltando la integración de técnicos y artistas plásticos:  

Estadio Olímpico universitario, diseño de Augusto Pérez Palacios, Jorge Bravo Jiménez y Raúl Salinas Moro; asesoría de por Roberto Méndez, Jorge Molina Celis y Antonio Estopier; mural en relieve “La universidad, la familia y el deporte en México” de Diego Rivera en el acceso principal. 

Torre de Rectoría, diseño de Mario Pani, Enrique del Moral y Salvador Ortega Flores; asesoría de Luis Garrido, Alfonso Pruneda y licenciados Alfonso Ramos Bilderbeck, Juan González Bustamante y Juan González A. Alpuche; escultopintura y vinilita sobre concreto “El pueblo a la universidad y la universidad al pueblo”, “Las fechas en la historia de México o el derecho a la cultura”, y “Nuevo símbolo universitario” de David Alfaro Siqueiros. 

Facultad de Medicina, diseño de Roberto Álvarez Espinosa, Pedro Ramírez Vázquez, Ramón Torres Martínez y Héctor Velázquez Moreno; asesoría de José Castro Villagrana y Maximiliano Ruiz Castañeda; mural en cerámica vidriada “La vida, la muerte, el mestizaje y los cuatro elementos” de Francisco Eppens Helguera. 

Biblioteca Central, diseño de Juan O’Gorman; asesoría de; mosaico de piedras y vidrio en losas precoladas que cubre los cuatro costados y el copete del edificio, proyecto del propio artista-arquitecto, “Representación histórica de la cultura”, en colaboración con Gustavo Saavedra y Juan Martinez de Velasco.  

Pabellones de física nuclear, rayos cósmicos y gravitación, diseño de Jorge González Reyna, cálculo y ejecución de cubierta de Félix Candela; asesoría de Manuel Sandoval Vallarta.  

Facultad (original) de Ciencias e Institutos, diseño de Raúl Cacho, Eugenio Peschard y Félix Sánchez Baylón; asesoría de Nabor Carrillo, Carlos Graef Fernández, Manuel Sandoval Vallarta, Alberto Barajas Celis, Alfonso Nápoles Gándara, Fernando Orozco, Alberto Sandoval, Ricardo Monges López y Rita López de Llergo; mural en mosaico veneciano y aplicaciones de vidrio “El retorno de Quetzalcóatl” de José Chávez Morado. 

Imposible abarcar tantos prodigios que oscilan del delirio al minimalismo, recordándonos que alguna vez esta sociedad, sus creadores e intelectuales y hasta más de un servidor público, tuvieron claridad en el propósito, honestidad en el desempeño, y grandeza de miras.

 

Luis Ignacio Sáinz

Colaborador

sainzchavezl@gmail.com

LSN