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La misiva enviada a China es un absoluto faux pas diplomático que evidencia que el gobierno no tiene control sobre lo que ocurre en nuestras fronteras

OPINIÓN

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Alejandro Echegaray / Campus / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En su reciente visita a China, Emmanuel Macron fracasó en su misión de persuadir al Premier chino, Xi Jinping, de que cambiara de postura frente a la invasión rusa a Ucrania.

Xi no movió un ápice su posición y declaró que “todas las partes” tienen “preocupaciones de seguridad razonables” y no anticipó medidas para contribuir a la conclusión del conflicto. Xi dejó claro que “esa guerra no es suya”.

Por su parte, nuestro Talleyrand escribió una carta que tuvo como destinatario a su homólogo chino “para que nos ayude a frenar los envíos de fentanilo a nuestro país”.

Mao Ning, vocera de Asuntos Exteriores, negó que China tenga alguna responsabilidad en la producción y tráfico de fentanilo ilegal hacia México y reafirmó que su gobierno no ha sido notificado sobre ninguna incautación de estupefacientes chinos.

Esa es la posición que ha tenido China durante mucho tiempo: Negar cualquier responsabilidad en la producción y tráfico de fentanilo hacia México.

El autor de la carta nunca contempló que el experimentado politburó jamás aceptaría una participación que lo debilita frente al gobierno estadounidense.

La carta es un absoluto faux pas diplomático que evidencia que el gobierno no tiene ningún control sobre lo que ocurre en nuestras fronteras.

Además de una absoluta inhabilidad para entender la guerra fría que existe ahora entre China y Estados Unidos.

El Partido Comunista chino “representa la amenaza principal para la seguridad nacional y el liderazgo de Estados Unidos a nivel mundial”, de acuerdo con Avril Haines, directora general de Inteligencia Nacional.

En una audiencia senatorial, la funcionaria abordó los peligros que representa China, desde TikTok, hasta la amenaza de una posible conflagración en Taiwán.

El affaire por el supuesto globo espía reavivó el malestar entre las dos naciones.

Al enfriamiento de las relaciones entre ambos se han sumado las evaluaciones del Departamento de Energía y el FBI sobre el origen de la pandemia de COVID-19.

También sobresalen las sanciones que el Departamento del Tesoro ha impuesto a empresas chinas por suministrar piezas para la construcción de drones a Irán.

El conflicto entre Beijing y Washington parece no tener fin y el presidente mexicano —de manera involuntaria— logró algo impensable: agudizarlo.

Fue una semana complicada en materia de política exterior, pero no todo son malas noticias.

Gracias al presidente Andrés Manuel López Obrador se llevó a cabo con gran éxito la Alianza de Países de América Latina y el Caribe contra la inflación y se nacionalizó Iberdrola.

Feliz Pascua y también Domingo de Resurrección. Saldremos avante.

POR ALEJANDRO ECHEGARAY

COLABORADOR

@aechegaray1 

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