TRANSPARENCIA 3.0

TAG y TOC, trastornos presentes

La salud mental no es tema menor, está generando afectaciones económicas y podría estar en riesgo la vida de quien padece depresión

OPINIÓN

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Naldy Rodríguez / Transparencia 3.0 / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los trastornos mentales son una realidad y se encuentran presentes en la sociedad mexicana. En muchos casos, son padecimientos silenciosos, que no los vemos y por lo tanto no los atendemos. Dos de esos males del siglo XXI, que se extienden entre la población, sin discriminar edad, son los que se conocen como Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) y el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), ambos ocasionan faltas y bajas en el ámbito laboral y académico.

El primero es un trastorno crónico que se caracteriza porque la persona siente ansiedad regularmente; mientras que en el segundo se presentan pensamientos recurrentes (obsesiones), que provocan comportamientos compulsivos. La salud mental es ya un tema de salud pública.

En 2021, se registraron ocho mil 432 muertes registradas como suicidio, y en la última Encuesta Nacional de los Hogares (ENH) al menos 30 por ciento de la y los entrevistados dijeron que se han sentido “deprimidos”, según reportó el Inegi. Pareciera, y así lo apuntan las primeras investigaciones, que la pandemia mundial por el COVID-19 acentuó los trastornos y los problemas de salud mental en la población en general, no solo entre personal médico, quienes estuvieron en la primera fila de esta guerra sin cuartel.

“En México, la prevalencia de depresión fue nueve veces mayor a principios de 2020 que en 2019”, señala Código F, medio de comunicación oficial de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma). Los datos tendrían que analizarse con perspectiva de género y por grupos de edad. Algunos informes de los informes indican que los jóvenes representan un grupo de riesgo y que son las mujeres las que han presentado afectaciones mentales más graves que los hombres.

La salud mental no es tema menor, está generando afectaciones económicas, pero, sobre todo, podría estar en riesgo la vida de quien padece depresión o alguno de estos trastornos. Sin embargo, no se observan programas o acciones para detectarlos, visualizarlos y atenderlos. Las personas que llegan a consulta sólo reciben paliativos y no hay un seguimiento o un tratamiento de largo alcance.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los países que aceleren o incrementen las acciones para que sus poblaciones gocen de un buen estado de salud mental, incluyendo, por supuesto, un aumento en la inversión pública.

Advierte también que, con una perspectiva de derechos humanos, se deben garantizar servicios de apoyo accesibles, asequibles y de calidad a las personas que lo requieran.

También recomienda que se integren redes comunitarias, y la atención sea desde el nivel primario, con “servicios de asistencia para la vida cotidiana”.

Y aunque en la Agenda 2030 se propuso reducir en un tercio “el riesgo de mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante su prevención y tratamiento, así como promover la salud y el bienestar mentales”, en México, al menos, estamos lejos de alcanzar ese objetivo.

POR NALDY RODRÍGUEZ
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