HIEL Y MIEL

La FIL no se toca

Con la muerte de Raúl Padilla no dejo de sentirme temerosa ante la posibilidad de que en los tiempos revueltos que vivimos se destruya este logro

OPINIÓN

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Tere Vale / Hiel y Miel / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La FIL Guadalajara aún no ha muerto y muchos mexicanos lucharemos decididamente para no dejarla partir. No recuerdo exactamente cuál fue mi primera vez en la portentosa feria de Jalisco, ese estado donde nacieron tantos escritores y creadores imprescindibles del siglo XX. En ella he tenido la oportunidad de conocer, entrevistar o moderar mesas en que hasta hoy se privilegia el diálogo, la cultura y el conocimiento. Ahí conviví con Juan José Arreola o con Fernando del Paso, por ejemplo. 

En la FIL conocí también a García Márquez, a Carlos Fuentes, a Elena Poniatowska, entre muchos otros intelectuales o escritores. Todo esto sucedió primero en los ya lejanos años 80, de la mano de mi esposo (un convencido de este esfuerzo desde el inicio), y después, en este siglo, de la mano de mi hijo. que cada año (de los varios que orgullosamente ha trabajado en ella) me contagiaba de su entusiasmo y pasión por todo lo que sucedía ahí.

También en la FIL he tenido el privilegio de presentar mis libros, intentos sencillos por aportar algo a la divulgación de la ciencia. Acuda como autora o como periodista, cada año me topo con personas de las más disímbolas formas de ver el país y el mundo, e indefectiblemente terminamos juntos, dialogando. No hay polarización o bandos. Todos podemos ser escuchados y todos podemos hablar. Ni buenos, ni malos, ni despreciables, ni ungidos, ni chairos, ni fifís: todos de la feligresía de los libros y las ideas, y muy a gusto en esa nuestra parroquia.

Con la muerte de Raúl Padilla, que concibió y llevó adelante esta obra titánica, no dejo de sentirme temerosa ante la posibilidad de que en los tiempos revueltos que vivimos se destruya este logro de México para el mundo. No cuenten conmigo para ello.

No quiero ni tengo elementos para juzgar los poderosos intereses que comenzarán a moverse a partir de este súbito golpe de timón. 

Tampoco quiero ni puedo dejar de reconocer el laborioso trabajo político, siempre valiente, que hizo Padilla y que hace su directora, mi querida Marisol Schulz, para defender la pluralidad en todas sus distintas advocaciones.  Espero por el bien de todos que podamos seguir siendo cobijados por este gran paraguas que ha sido (y espero continúe siendo) la FIL para los demócratas y libertarios de México. 

La Feria del Libro de Guadalajara es un patrimonio de la cultura iberoamericana. Pero lo verdaderamente importante no es sólo que sea la mayor reunión de las casas editoriales en español. Es sobre todo una vitrina prestigiada para la discusión de ideas, para el diálogo, para el conocimiento, para la libertad.

Donde se destruyen instituciones, donde se reprimen formas de ver al mundo, donde no caben todos los libros, se termina destruyendo a las personas. No quiero eso para México.

La FIL no se toca.

Descanse en paz Raúl Padilla López.

POR TERE VALE

@TEREVALEMX

COLABORADORA

MAAZ