El pasado lunes, por fin, se dio a conocer la salida de Lorenzo Córdova, ex consejero presidente del NE, y con ello, el fin de una de las etapas más oscuras, parciales y llenas de polémica de este instituto.
Y es que a decir de expertos y analistas, durante 9 años el INE perdió la brújula de la imparcialidad y generó un gran extravío de la política electoral del país, justamente durante la era de Córdova Vianello, quien se llevó más de 10 millones de pesos como finiquito por su cuestionada gestión.
Tanto fue el daño que le hizo al INE, que de acuerdo a una encuesta difundida recientemente se señala que su ex presidente dejó a este órgano electoral con una desaprobación ciudadana del 53% y sólo 4 de cada 10 mexicanos consultados aprobaron su gestión. Incluso, Luis Carlos Ugalde, ex presidente del entonces IFE, dijo que Lorenzo Córdova “asumió la posición de activista” a tal grado que Jesús Cadena Alcalá, especialista en derecho constitucional, apuntó que las acciones de Córdova ayudaron a promover la confrontación y pusieron en riesgo todo el trabajo de una institución que debió ser pilar de la democracia.
Incluso, de acuerdo a un informe del Órgano Interno de Control del INE, durante la gestión de Córdova Vianello se detectaron irregularidades como adjudicaciones millonarias directas, contratación de obras, servicios y arrendamientos con deficiencias y pagos no justificados en la construcción de inmuebles.
Por ejemplo, el 76% de los contratos en el INE se asignaron por adjudicación directa y en más de 2,500 de ellos, de 2015 a 2022 se evadió el mecanismo de licitación pública, cuando por regla general se debe dar prioridad a este último método en el servicio público.
Por ello, coincido con aquellas personas que ante esa gestión tan turbulenta y cuestionada en varios rubros, la primera declaración de la nueva presidenta del INE, Guadalupe Taddei Zavala, es de celebrarse ya que, planteó que entre los retos inmediatos del órgano electoral se encuentra la revisión del costo de la democracia.
Y dejó claro que sus primeros pasos será analizar los reclamos de la ciudadanía sobre el alto costo de las elecciones y establecerá la modernización tecnológica para determinar “qué se puede abaratar, sin perder la calidad de los procesos electorales”, lo que fue respaldado por amplios sectores de la población hartos de tanto despilfarro.
Sin duda una postura acertada de Guadalupe Taddei quien hoy representa una luz al final del túnel y que corrobora que los cambios siempre son buenos o, por lo menos con la salida de Córdova Vianello se cierra una etapa turbia, discriminatoria y de grandes canonjías que espero no las olvide la historia por el bien de la democracia mexicana.
POR JULIO CÉSAR MORENO
DIPUTADO FEDERAL DE MORENA
@JULIOC_MORENO
LSN