COLUMNA INVITADA

INAI

En algunas ocasiones, la transparencia estorba a quienes dirigen instituciones de gobierno, quizá porque su función es garantizar el derecho al acceso a la información y porque sanciona los abusos de poder

OPINIÓN

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Xóchitl Gálvez / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En un gobierno donde se ejercen acciones autoritarias, las instituciones autónomas, garantes de acceder a la información pública, son indispensables para no caer en un sistema totalitario.

He ahí la importancia de defenderlas.

La transparencia y la rendición de cuentas son necesarias para toda sociedad democrática.

En algunas ocasiones, la transparencia estorba a quienes dirigen instituciones de gobierno, quizá porque su función es garantizar el derecho al acceso a la información y porque sanciona los abusos de poder.

Que quede claro, ejercer la función pública con transparencia no es un acto de buena intención ni veleidad. Es una obligación y un mandato Constitucional del servicio público de todo gobierno que se asume democrático. Con el derecho a la información, la ciudadanía puede conocer cómo ejercen los recursos las instituciones públicas.

En México, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) resuelve controversias entre ciudadanos y el gobierno cuando éste no quiere dar información. En suma, defiende el derecho de la sociedad a saber, conocer y entender la actuación de las instituciones públicas.

¡Imagínense! Sin este organismo autónomo, no nos hubiésemos enterado de la estafa Maestra ni de los detalles en el desfalco a SEGALMEX. Tampoco hubiésemos sabido de los millonarios contratos entre el Gobierno Federal y Grupo Higa, empresa que construyó la Casa Blanca, propiedad de la entonces esposa del Presidente de la República.

No hubiésemos conocido la infinidad de casas y empresas que posee el flamante integrante de la 4T, el titular de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett.

La transparencia es la principal herramienta para el combate a la corrupción, si es que en realidad se pretende combatirla.

En tiempos donde la transparencia causa animadversión, el INAI seguirá siendo señalado duramente con todo el peso de la maquinaria oficialista. Incluso, está sentenciado a la inoperancia por la falta del nombramiento de comisionados.

Fortalecer al INAI, permitirle ejercer sus funciones, no tiene un afán persecutorio ni fiscalizador.  Para eso hay otras instituciones. El INAI es el fiel de la balanza entre las partes interesadas. Y debe poder mantener su imparcialidad y espíritu crítico, expresar opiniones y resoluciones con plena libertad.

Para la ciudadanía, el INAI es su instrumento para poner freno al autoritarismo, a la opacidad, a la información parcial, tendenciosa y al desvío y mal uso de recursos públicos.

¡No le tengamos miedo a la transparencia! En este Gobierno, el 80% de las grandes contrataciones, que implican adquisiciones de bienes y servicios, se han efectuado vía adjudicación directa o invitación restringida, cometiendo fraude a la ley. Tenemos derecho a saber.

Debemos defender la autonomía del INAI.  Debe entenderse que el INAI no es un opositor, sino un elemento fundamental en un sistema democrático. No permitamos que se convierta en un instrumento de intereses políticos. Debemos nombrar a los comisionados sin cuates y sin cuotas.

POR XÓCHITL GÁLVEZ RUIZ
SENADORA DEL PAN
@XOCHITLGALVEZ

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