MALOS MODOS

El Museo López Obrador

Se suma la posibilidad de sumergirse en la vida fascinante del segundo presidente más popular en todo el mundo, el tabasqueño de Palacio Nacional

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Muero de ganas de ir al Museo dedicado a nuestro líder. Imagínense qué súper viaje: al conocido atractivo de Tepetitán, que “el museo comunitario trata de enfocar como un espacio de trascendencia histórica”, como dicen con santa verdad sus promotores, se suma ahora la posibilidad de sumergirse en la vida fascinante del segundo presidente más popular del mundo.

Me gusta pensar que en la planeación de ese templo cultural intervino nuestro líder mismo en apoyo de la Secretaría de Cultura, que, como vemos, por fin destina los dineros públicos a donde es debido.

“Quiero que en el centro de la habitación de mi abuelo esté la galería de bats, Ale. Las macanas, pues”, habrá dicho desde la eternidad, que como sabemos ya empezó. “Sí, voy a donar varias guayaberas, para que las pongan en vitrinas como las de los trajes populares en el museo. De todas formas ya no me quedan. No, cómo crees. El muestrario de gastronomía tiene que ir en la cocina. Sí, puchero y un altero de gorditas”, habrá continuado y, al hacerlo, habrá rendido un tributo merecidísimo a la manteca de cerdo, alma y corazón de la mexicanidad.

En la biblioteca, testimonio de su portentoso legado intelectual —habrá instruido enseguida ese Herodoto del sur incandescente—, tienen que estar las biografías de Juárez, que la Biblia, que la Cartilla Moral y que cuatro mil 500 ejemplares de sus libros.

Ahí mismo, las fotos. Que el Zócalo a tope, que el bloqueo de Reforma, que Solalinde en plan estoy junto al Mesías, que la tarascada en el cachete a la niña, que esa con los panes que le cuelgan de la cabeza, que subido en un caballo con esa gallardía napoleónica, que con los paladines de la democracia: Canel, Nico Maduro, Ortega.

“Siempre lamentaré no haber conocido a Ceaucescu”, habrá dicho tal vez con un je ne sais quoi de nostalgia por lo no vivido, antes de puntualizar: “¡No! ¡La foto con la presidenta Cumbancha no! Fue una mañana horrible. No teníamos de qué hablar. La que sí tiene que ir es la de Trun. Muy buen amigo de México. Es el único gringo que me cae bien y el único que sabe usar un traje”.

En la sala, la fonoteca: casetes con sus discursos más inspirados, como el del ¡Fuchi caca!, y una selección de sus canciones favoritas, de Amaury y Carlos Puebla a Chico Che. DJ AMLO.

Sobre todo, ya, ese mural que espero estén trabajando los mejores artistas tabasqueños. Nuestro Presidente Eterno en el centro, un pozo petrolero a la derecha, una jeringa con la vacuna Patria en la mano, un cargamento de elotes no transgénicos a la izquierda, un avión de Mexicana que atraviesa el cielo patrio, un tren que desafía a los jaguares y los tucanes. El México que soñó el niño Andrés, hoy el Benemérito de Macuspana, hecho realidad.

Está decidido: el doctor Patán va a pasar las vacaciones en Tabasco.

¿Saben si sale algún vuelo del AIFA?

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@juliopatan09 

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