No se puede hablar de combate a la corrupción sin transparencia y sin acceso a la información pública. Se trata de una ecuación sinanue, donde estos dos factores son parte indispensable, si realmente queremos llegar a tener instituciones honestas, que busquen el bien general y no de grupos o partidos políticos.
Así, pretender abrogar la Ley General de Transparencia para desaparecer el INAI es por demás inconstitucional, pero estoy segura que eso lo saben los asesores del Senado de la República.
También va en contra del Artículo 1 constitucional, que señala que las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con la Constitución y con los tratados internacionales”, pero eso también lo conocen los expertos en derecho.
En la historia reciente de México, importantes hechos de corrupción fueron revelados gracias a la transparencia y al ejercicio del derecho de acceso a la información. A nivel federal: las Toallas de Fox y la Casa Blanca de Peña Nieto, y en Veracruz, “la estafa maestra” alcanzó a Javier Duarte, segundo gobernador de ese estado que pisa la cárcel.
Habría que agregar a la defensa de las instituciones, que el INAI y los órganos locales de transparencia no sólo velan por el derecho de acceso a la información, sino que también deben tutelar el derecho de protección de datos personales, íntimamente ligado al de la privacidad de los seres humanos. Y que abonan a las prácticas de gobierno abierto y gestión documental.
Sin duda, retirar la iniciativa del Senador Alejandro Armenta para extinguir al INAI y trasladar sus funciones a la Secretaría de la Función Pública; al poco tiempo de presentarla, hubiera sido la mejor decisión.
Sin embargo, volvió a presentar la iniciativa de ley, “corrigiendo” la plana y ahora enviando las atribuciones del ente nacional de transparencia, reitero constitucionales, a otro órgano autónomo, la Auditoría Superior de la Federación con otras funciones muy distintas y que apenas puede con la fiscalización de los recursos públicos.
Hay que construir diálogo y una mesa de trabajo, que mejore y eficiente los procedimientos de acceso a la información, mediante reformas a la ley de transparencia y a la de datos personales, pero no con su abrogación.
La ecuación es sencilla: transparencia, rendición de cuentas y acceso a la información, dará como resultado atención y prevención de la corrupción.
“La política dura poco, una ecuación es para siempre”: Albert Einstein
POR NALDY RODRÍGUEZ
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MAAZ