COLUMNA INVITADA

¿Quién irá a la guerra?

Los dimes y diretes entre el Presidente mexicano y funcionarios del gobierno de Estados Unidos alcanzaron su punto más álgido durante la última semana

OPINIÓN

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Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los dimes y diretes entre el Presidente mexicano y funcionarios del gobierno de Estados Unidos alcanzaron su punto más álgido durante la última semana. El gobierno estadounidense, a través de la DEA, decidió dar a conocer datos sensibles del grupo criminal de Los Chapitos, los cuales obtuvo, según su propio dicho, mediante la infiltración de sus agentes en la organización, quienes  proporcionaron información detallada de sus miembros y de sus operaciones.

Los dichos de la DEA tuvieron dos propósitos fundamentales: declarar una batalla frontal contra el cártel y desmentir al Presidente mexicano, pues afirmaron que el fentanilo sí se produce en México y que las organizaciones delictivas mexicanas son las principales responsables de su distribución en Estados Unidos. Los tiempos de cooperación entre los dos países para combatir el flagelo de la droga parecen haber quedado en el pasado.

Las declaraciones se hicieron sin el conocimiento previo del gobierno mexicano y con plena conciencia de la reacción que podrían generar; así, el Presidente mexicano se ha mostrado iracundo cada vez que habla del tema, incluso, acusó a la DEA de ser los responsables de la filtración de los viajes del secretario de la Defensa Nacional, con la ayuda, claro está, de empresarios mexicanos opositores a su gobierno que sólo buscan dañar su imagen.

El Presidente fue más allá, sugirió la posibilidad de una intervención armada en contra de nuestro país. Sin un solo dato que lo haga verosímil y arropado por los altos grados militares de nuestro país, aprovechó la coyuntura para apelar a la unidad de los mexicanos contra el enemigo extranjero. Efusivo y al calor de la arenga, se mostró confiado en que todas las naciones del mundo acudirían para defender a México de cualquier amenaza extranjera.

Seguramente muchos mexicanos se mostraron conmovidos por las palabras del Presidente y les brotó un verdadero nacionalismo contra los gringos; pero, para nuestra fortuna, un conflicto real con nuestros vecinos del norte todavía luce lejano, existen vínculos muy fuertes que hacen prácticamente imposible que suceda. Todo indica que estamos frente a una estrategia para lograr la cohesión interna.

En este mundo imaginario planteado por el Presidente cualquier cosa puede pasar, incluso, que Estados Unidos invada a nuestro país para acabar con Los Chapitos y eso detone en un conflicto bélico a gran escala, encabezado por México del lado de los buenos, con la mayoría de las naciones del mundo atentas al llamado del mandatario para defender nuestra soberanía nacional. En este universo apocalíptico donde todo es posible, vamos a necesitar de toda la ayuda de nuestros hermanos anticapitalistas.

Pero sobre todo, se necesitará de la unidad de todos los mexicanos en torno a la figura presidencial, quien será el líder que nos guiará hasta la victoria. Al plan sólo le faltaría definir algunos detalles mínimos para resultar exitoso, a modo de ejemplo, dos preguntas: ¿Qué pasará con los millones de mexicanos que viven en Estados Unidos?, y ¿cómo vamos a costear la guerra sin las remesas y sin el comercio con nuestro principal socio?

Una vez aclaradas las interrogantes, el camino luce más sencillo, ya sólo falta definir quiénes serán dispuestos a dar su vida en esta nueva encomienda. Si a usted le preguntaran: ¿Vas a ir a la guerra?, ¿cuál sería su respuesta?

 

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR

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