CIUDADES SUSTENTABLES

Las ciudades y la agenda para el futuro

Las ciudades requieren de inversiones, públicas y privadas, para construir, ampliar y conectar sus sistemas de transporte masivo

OPINIÓN

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Vidal Llerenas / Ciudades Sustentables / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Las ciudades, por varios motivos, no han estado en el centro de los debates políticos y de política pública nacional de los últimos años. Claro que se siguen llevando a cabo proyectos de gran escala; pero las prioridades han sido otras, ahora, las iniciativas son más bien locales. Como parte de los Encuentros para el Futuro, dentro de la plataforma Marcelo: Agenda para las próximas generaciones, analizamos con un grupo de expertos, como Felipe Leal, Alejandra Moreno Toscano, Daniel Escoto y Horacio Urbano, lo que tendría que ser la política nacional en el tema para los próximos años. Cinco son los temas fundamentales.

Financiamiento. Se requiere fortalecer las fuentes de ingresos con el uso de la tecnología para el mejor cobro del predial. Desarrollar mecanismos de financiamiento para mejorar distritos, como los que se pueden obtener con la captura de plusvalías. Servicios como el agua deben de ser cobrados de acuerdo a la ubicación y características de la viviendas; pero también conforme a su uso, para fomentar su ahorro, evitar que se cobren tarifas habitacionales para usos industriales y fomentar las inversiones para colectar agua de lluvia.

Se requiere repensar el esquema actual de transferencias por medio de las llamadas aportaciones, para ampliar sus usos y retomar experiencias como las de los fondos metropolitanos, con mejoras en los métodos de ejecución y selección, y con énfasis en el financiamiento de proyectos como los de residuos, de movilidad y seguridad. La banca de desarrollo tiene que ofrecer más opciones de financiamiento federal, local y privado en temas como residuos, vialidades, vivienda y transporte público.

Movilidad alternativa y electromovilidad. Es necesario acelerar procesos hacia la electromovilidad, con la finalidad de reducir emisiones de GEI en el corto plazo. Esto requiere de políticas para generar los ecosistemas necesarios, como estaciones y recarga la provisión adecuada de energía, así como las necesarias redes 5G. Debemos de iniciar con la sustitución de unidades de transporte público por eléctricas, lo que es una gran oportunidad para mejorarlo y hacer crecer de manera masiva los servicios en condiciones adecuadas, como los trolebuses o monorrieles.

Se debe contemplar, también, la promoción de espacios de bajas emisiones, que eventualmente restrinjan a los vehículos contaminantes, y que impliquen mayor conectividad e infraestructura ciclista y peatonal. El país tiene que adecuar su industria automotriz a la de autos eléctricos y de híbridos, para mantener su competitividad como productor, pero también para lograr la transición en el menor tiempo posible.

Movilidad masiva. Las ciudades requieren de inversiones, públicas y privadas, para construir, ampliar y conectar sus sistemas de transporte masivo, como metro, en Monterrey, Guadalajara y el Valle de México, así como el Metrobús en ciudades grandes y medias. Esta política, además, deberá expandirse para construir sistemas de trenes que conecten extremos de las urbes y con otras con las que comparten una mega región o una metrópoli.

Eso es el caso de la Zona Metropolitana Del Valle de México-Querétaro, pero también de la zona Saltillo-Monterrey-Nuevo Laredo, la de León-Irapuato-Celaya o Ciudad de México-Puebla-Tlaxcala. Sistemas ferroviarios de movilidad masiva y eléctrica permitirán aprovechar dinámicas económicas locales e infraestructura común, creando así, regiones más competitivas y más autosuficientes.

Vivienda. Las ciudades requieren incrementar la oferta de vivienda, cuyo ritmo de producción se redujo recientemente. Este crecimiento se debe dar de manera interior, con alternativas verticales, en espacios céntricos y subutilizados, bien provistos de transporte, que ya cuenten con la mayoría de los servicios. La idea es mantener las zonas rurales y el suelo de conservación alrededor de las urbes.

La producción de vivienda servirá para atender sectores de ingresos medios y altos, pero condicionando su expansión a la generación de vivienda popular y asequible al trabajador, en parte financiada por créditos del Infonavit, en proyectos que combinen oferta para distintos sectores. Eso requiere de políticas nacionales de subsidio, de crédito, de alternativas para reducción de precio de los materiales y de inversiones en espacio público.

Resiliencia. Las ciudades necesitan convertirse en el centro de políticas públicas que busquen la adaptación, la mitigación y la prevención de consecuencias de la crisis climática. La falta de agua, el alza en las temperaturas y desastres naturales cada vez más volátiles y frecuentes requerirían de ciudades con mayor resiliencia. Será necesario invertir en la recolección de agua, en la creación de mapeos de riesgo, escurrimiento de aguas y disponibilidad de espacio, energías limpias, así como en mecanismos presupuestales que permitan flexibilidad de respuesta y construcción de infraestructura sustentable.

 

 

POR VIDAL LLERENAS
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