La Consultoría McKinsey & Company presenta cada año un informe anual de la banca global, resultando relevante que en su prospectiva para 2021, es decir, realizando el análisis en medio de una pandemia con el temor fundado de una crisis financiera próxima, que el sector bancario se encontraba más fuerte que en tras etapas de la vida global en que las recesiones afectaban de manera dramática los ingresos de las instituciones financieras y, por ende, de los ahorros de millones de personas y gobiernos que tenían sus activos en el escenario financiero, bursátil y bancario en general. Esa prospectiva arrojaba que los bancos, como intermediarios, con ganancias hasta cierto punto marginales, vivirían en los siguientes años una etapa de resiliencia, sin embargo, para finales de 2022 y en adelante se esperaba un crecimiento constante llevando a los bancos a una nueva etapa en muchos rubros.
Más allá de lo técnico que representan estos temas para la gran mayoría de la población, lo que las y los usuarios del sector financiero necesitamos son certezas, tranquilidad y un escenario estable que no vaya a generar que, de la noche a la mañana, perdamos lo poco que logramos ahorrar o invertir frente a un futuro incierto como lo ha sido la pandemia de COVID 19.
Uno de los eventos más relevantes para entender el sistema bancario y ver de frente la forma en que funciona en nuestro país se lleva a cabo a través de la Convención Bancaria que, apenas el mes pasado, presentó su 86 edición, en la cual intervinieron tanto el sector público como privado durante el evento en Yucatán. El Gobernador del Estado, el Presidente de la República, la Gobernadora del Banco de México, el Secretario de Hacienda y Crédito Público, así como el Presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, por parte del gobierno y el Presidente de la Asociación de Bancos de México, con todos los agremiados, por parte del sector privado, se volcaron a atender cuestionamientos de la sociedad mexicana respecto a lo que viene.
Particularmente, acudimos a esta Convención con dudas como el temor después de lo sucedido con el Silicon Valley Bank que se desplomó en recientes días con la incertidumbre no solo de lo que podrías pasar en ese caso, sino de que ese fenómeno se repitiera con otras instituciones, sin embargo, de forma pronta la Corporación Federal de Seguros y Depósitos de EUA, salió a decir que el dinero de las y los usuarios estaba a salvo y podrían retirarlo cuando quisieran.
En este contexto, la Asociación de Bancos de México, reiteró que, por un lado, nuestro país se encuentra blindado respecto de esas circunstancias y no sólo eso, sino que se está haciendo un esfuerzo para reducir costos al mismo tiempo que impulsan la banca digital a fin de dar más seguridad a las personas.
Por parte del gobierno bien haría en aminorar los efectos de una inflación incontrolable a través de acciones claras que permitan un trabajo conjunto con las instituciones crediticias que vele pro el bienestar de los usuarios y, la mismo tiempo, propicie condiciones para la inversión y para acrecentar la confianza de instituciones que deben ponerse a trabajar de inmediato en ambientes más confiables para las y los usuarios respetando sus derechos y evitando abusos que han llevado a instancias de la CONDUSEF.
Es momento de cerrar filas y de entender que las instituciones bancarias son de vital importancia para el desarrollo económico pero sin perder de vista que nunca más deben volver las prácticas lesivas de derechos de las y los mexicanos y, tampoco, aquellas circunstancias que les permitían a los bancos brincarse la ley con los efectos nocivos que tienen para las instancias públicas. Si bien el panorama no es desolador, lo alentador irá en función de la capacidad de gobiernos y empresas privadas de convivir apegadas a derecho y pensando en los que menos tienen.
POR NUVIA MAYORGA DELGADO
PAL