HIEL Y MIEL

Prohibir mata

Desde hace muchos años me he pronunciado públicamente por la despenalización del consumo de drogas

OPINIÓN

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Tere Vale / Hiel y Miel / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Desde hace muchos años me he pronunciado públicamente por la despenalización del consumo de drogas. El adicto a la droga, hasta el día de hoy es etiquetado como delincuente. Lo que muchos queremos es que se atienda a los adictos como farmacodependientes que es lo que son. La drogadicción es un problema de salud pública. Cuánto trabajo nos ha costado aceptar esto.

Los primeros que están en contra de la legalización de las drogas son precisamente los narcotraficantes. Evidentemente, son ellos quienes obtienen enormes ganancias económicas, mediante el tráfico ilegal de estas sustancias. Los narcos y sus cómplices en las más altas esferas son los mayormente beneficiados, ya que han logrado amasar enormes fortunas y un poder que pone en riesgo la estabilidad y hasta la existencia del Estado. No les gusta a los gobiernos reconocer esto, quizá porque muchos son juez y parte, pero es cierto.

Poco se ha hecho en México y en el resto del mundo, incluido Estados Unidos, por conseguir una campaña y una educación que dé a conocer y muestre a los niños los riesgos de las drogas para la salud. Lo único que se repite incansablemente en estos fallidos mensajes transmitidos por medios de comunicación (que por cierto ya no frecuentan los chavitos ni los  adolescentes) no se acerca ni de lejos a conseguir disuadirlos de consumir estas sustancias. Las drogas matan, parece el mantra repetido hasta la saciedad para lograr absolutamente nada. ¿Por qué digo esto?

Creo que si una minoría de adultos quiere o no quiere consumir drogas es un asunto estrictamente personal, siempre y cuando no perjudiquen a otros. Por lo tanto el Estado no tiene porque volverse el fracasado tutor de personas mayores que toman la decisión de drogarse. Esta tutoría ha causado un baño de sangre en México y no ha logrado bajar el consumo.

Regular el consumo de las drogas es terminar con los cientos de asesinatos, levantamientos y torturas en contra de miles y miles de mexicanos, de todos los que se resisten a someterse a las reglas de la delincuencia organizada y de las ineficientes fuerzas de seguridad de nuestro país. La prohibición mata.

Este combate al consumo de ciertas sustancias es absurdo cuando la droga que más muertes produce en el mundo y en nuestro país es una sustancia legal, el alcohol, que podemos comprar en cantidades ilimitadas a la vuelta de la esquina, que pueden comprar sin muchos problemas los jovencitos y de la que se promueve alegremente su consumo.

La regulación en el consumo de drogas de las llamadas “duras” como sucede en algunos países europeos no solo no ha aumentado su consumo, sino que ha disminuido significativamente los niveles de violencia y corrupción de estas naciones.

Eso si, por más problemas asociados al consumo de bebidas alcohólicas, nadie en su sano juicio considera viable la idea de prohibir su consumo, ya hemos visto en momentos represivos de la historia mundial que esta prohibición genera un tremendo problema de contrabando ilegal o mercado negro, que da lugar al surgimiento de mafias abocadas a la producción, venta y distribución de bebidas alcohólicas a costa de lo que sea.

Las prohibiciones para el consumo de estupefacientes cancelan la libertad de los adultos y no han generado ni de lejos campañas eficientes para desincentivar el consumo en niños y adolescentes que deberían ser lo más importante en materia de prevención. Más grave aún, dejan el mercado de las drogas en manos de los narcotraficantes y de sus cómplices, cuando podría esta situación estar regulada por el Estado.

Prohibir mata, aunque nos cueste mucho trabajo reconocerlo.

POR TERE VALE

COLABORADORA

@TereValeMX

MAAZ