OJOS QUE SÍ VEN

Furioso

En esta semana tuvo lugar un acontecimiento que deja en claro cómo se dará el equilibro de fuerzas dentro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para resolver las ya incontables violaciones a la Constitución por parte del presidente mexicano

OPINIÓN

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Jesús Martín Mendoza / Ojos que sí ven / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador está furioso, fuera de sí, se muestra violento y confrontador. Alguien me dirá que no es novedad y que siempre ha tenido esa actitud combativa en sus espectáculos matutinos. Pero en esta semana algo cambió, su actitud se endureció y su discurso se radicalizó aun más. Y no es para menos. En esta semana tuvo lugar un acontecimiento que deja en claro cómo se dará el equilibro de fuerzas dentro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para resolver las ya incontables violaciones a la Constitución por parte del presidente mexicano.

En sus cuatro años, cuatro meses y 20 días de gobierno, López Obrador no había atacado con tal furia a los integrantes de la Suprema Corte por haber cometido la “osadía” de declarar inconstitucional su orden de integrar a la Policía Federal hoy conocida como Guardia Nacional al Ejercito mexicano, es decir, a la Secretaría de la Defensa Nacional. El criterio de la Corte establece que la corporación policiaca debe mantenerse como entidad civil tal y como lo establece el articulo 21 de la Constitución.

Esta decisión de la Corte solo es comparable con el rotundo revés que el senado de la Republica le propinó al ejecutivo cuando rechazó el plan A de modificación a las leyes del Instituto Nacional Electoral, al no alcanzar la mayoría calificada, lo que trajo en consecuencia el plan B que violentaba claramente la Constitución y que fue rechazado gracias al proyecto del ministro Alberto Pérez Dayán, lo que mantiene las cosas como están.

Para el presidente mexicano no le ha sido fácil seguir su proceso de desmantelamiento del México que conocemos y eso lo tiene completamente enfurecido. Califica de traidores a las personas que él mismo propuso en posiciones legislativas y judiciales, descalifica a periodistas, empresas informativas y se coloca siempre en la posición de víctima.

Lo que ha cambiado es que los mexicanos ya no le compramos su discurso, ni siquiera dentro de su propio partido, el Movimiento de Regeneración Nacional, que vive dentro de sus filas un desgaste a grado tal que muchos de sus integrantes encabezados por el académico John Ackerman, esposo de la otrora secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, impugnaron ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la ampliación del mandato de Mario Delgado hasta por un año más. Pragmáticos, los magistrados del tribunal determinaron que los morenistas hagan lo que quieran con su dirigencia. Hicieron bien.

Es mejor tener una corte independiente, que una lucha en el tribunal electoral. El presidente sabe que las cosas no le salen como el proyectó, vaya, como se lo ordena el Foro de Sao Paulo. Sus sueños de perpetuarse como el PRI, el partido que lo ninguneó, se caen como castillo de naipes. López Obrador lo sabe, por eso se ha radicalizado. Y así furioso como está, aun no sabemos de que puede ser capaz.

Corazón que sí siente

Pio López Obrador demandó al periodista mexicano Carlos Loret de Mola y a la plataforma informativa Latinus por 400 millones de pesos. Loret pregunta ¿pues de qué tamaño fue el negocio que le tiramos? Nunca conoceremos la respuesta del hermano incómodo de amlo.

 

POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
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@JESUSMARTINMX

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