Una de las razones en todo tipo de lucha social, es alcanzar un verdadero estado de derecho para que el mundo de las leyes sirva para que la sociedad se sienta protegida y representada bajo el amparo de los equilibrios entre obligaciones y responsabilidades. La lucha social no es más que la búsqueda de ese estado de derecho que nos permita a todas y todos convivir en un ambiente de respeto e igualdad.
Por ello es que desde siempre, la protesta y sus variantes han significado uno de los pocos pivotes para que la voz de los que no tienen voz sea escuchada.
Desde hace unos meses, un colectivo feminista autodenominado OLA AZUL MX irrumpió en las calles poniendo en evidencia lo que ha sido un aspecto tabú en el deporte más popular mexicano; los abusos cometidos por jugadores de futbol profesional de fútbol, pero también del acoso y agresiones que muchas jugadoras competitivas de este deporte han sufrido dentro y fuera de los clubes.
En un país en dónde el balompié entra casi a todos los hogares mexicanos, resulta muy complicado aceptar que también ahí habitan hombres con serías distorsiones conductuales, que ven en su posición de "héroes " con playeras y calcetas una especie de "cheque en blanco" para aplicar su poder en contra de aficionadas o al contrario, hombres poderosos que ven en las jugadoras un capítulo más de su propiedad.
Casos como el del jugador de los pumas Arturo Palermo Ortiz, acusado por el presunto abuso sexual cometido en contra de una aficionada, o el de Ángel “N” jugador de leones negros quien tiene la misma historia y sobre quién pesa ya orden de aprehensión, solo son un escalón más de historias que como la del brasileño Dany Alves se escriben en un muro de complicidades y mucha corrupción.
Jugadoras como Scarlett Camberos, quien tuvo que abandonar el club América ante el ciberacoso aplicado por un hombre llamado José Andrés “N” quien fue detenido pero por sólo 36 horas y dejado en libertad posteriormente lo que la orilló a iniciar una nueva vida en los Estados Unidos.
Por otro lado, Selene Cortes, profesional del Pachuca, denunció una situación similar renunciando al equipo y buscó la protección del estado mexicano, mismo que ha sido incapaz de protegerla.
Lo sabemos México es el paraíso para los feminicidios, para todo tipo de abusadores sexuales, las reglas no escritas entre cofrades convierte a cuerpos directivos y patrocinadores de estos clubes en un castillo de muros impenetrables, reforzados con gruesas capas de impunidad.
Como lo vemos entonces la justicia, las leyes no aplican para ellos ahí están las pruebas el colectivo OLA AZUL MX se ha cansado de gritar frente al escudo de los pumas por mantener en la alineación a un personaje señalado por escándalos de todo tipo como es el caso de Palermo "atleta " que a pesar de todo, sigue gozando de lo mismo que gozan cientos de abusadores en el país de la protección de los suyos.
Soy una mujer que sabe lo que significa pelear, gritar, ocupar el espacio público para hacernos escuchar y mi responsabilidad aumenta desde la trinchera legislativa, como diputada en la Cdmx, seguiré buscando que mis pares en el Congreso de la capital reaccionen ante este tipo de situaciones y que la omisión no sea su compañera.
Por otro lado, buscaré que las fiscalías (local y federal) vayan en búsqueda de una auténtica protección de las víctimas, que se derriben los pilotes de la protección hacia los abusadores, que se regrese la honorabilidad a un deporte por todos querido y que los clubes se comprometan a fijar nuevas reglas para que por sus aduanas no se les cuelen enfermos sexuales.
El fútbol es hermoso, una fuente de unión familiar, de identidad y hasta hace un tiempo de valores.
Así, con depredadores, el fútbol no es lindo.
POR SILVIA SA´NCHEZ BARRIOS
Diputada Local de la CDMX
@SilviaSanBarr
MAAZ