COLUMNA INVITADA

Marcelo y Adán Augusto

Deben enfrentar las consecuencias por la ambigüedad, vaguedad e irresponsabilidad con la que han enfrentado la tragedia, y por la profunda torpeza en como han manejado la crisis

OPINIÓN

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Martha Gutiérrez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Un asunto es la responsabilidad política cuando un servidor público ejerce un cargo o comisión, y otro es la responsabilidad administrativa derivada de la función que desempeña. Marcelo Ebrard Casaubón y Adán Augusto López Hernández son responsables de la muerte de los 39 migrantes y de los 28 heridos durante el incendio en el centro del Instituto Nacional de Migración en Cd. Juárez, Chih.

Ambos deben enfrentar las consecuencias por la ambigüedad, vaguedad e irresponsabilidad con la que han enfrentado la tragedia, y por la profunda torpeza en como han manejado la crisis, por el crimen de Estado del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Cada uno, por su lado, cargarán como lo hizo Peña Nieto con Ayotzinapa; Calderón con el ABC; Chuayfett con Acteal en el estado de Chiapas; Figueroa con Aguas Blancas, en Guerrero; Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López cargaran con los migrantes quemados en el INM de Cd. Juárez.

Por acción, omisión y violaciones a la Ley Orgánica de la Administración Pública, Marcelo y Adán Augusto tienen responsabilidad en distinto grado de participación. Más allá, de que, además, han demostrado su ineptitud e ineficacia en tantos y distintos niveles, que enseguida describo para que cada quien pueda tomar sus conclusiones:

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha definido con claridad la distinción entre ambas responsabilidades y es de explorado derecho, como le llaman los expertos, así que habrá que revisar y vigilar que se deslinden responsabilidades. Porque, efectivamente, fue el Estado, ya que ellos encarnan una parte importante de ello.

De inicio, el galimatías administrativo que ambos aceptaron, derivado de la aproximación del Presidente de la República y el acuerdo entre el vecino del norte y su gobierno de convertir a México en un Tercer País Seguro, con todo lo que ello representa. Formalmente y de acuerdo a la Ley Orgánica el Instituto Nacional de Migración pertenece a la Segob, pero por instrucciones del Presidente, políticamente a Relaciones Exteriores.

Sin embargo, primero la flamante ministra en retiro de la SCJN Olga Sánchez Cordero y después Adán Augusto López como Secretarios de Gobernación, y segundo al "experimentado" Marcelo Ebrard, a ninguno de los tres titulares siquiera se les ocurrió tomarse la molestia de modificar legalmente el ordenamiento para adaptar la realidad que vive en la mente de López Obrador a los acuerdos.

En segundo lugar, la aceptación de facto al gobierno de Donald Trump de convertir a México en Tercer País Seguro y la extensión de la frontera sur. Cuantos y cuantos agentes extorsionando a migrantes, violando sus derechos humanos básicos como la salud, la libertad de tránsito y en muchos casos la vida y dignidad de quienes en busca de una mejor oportunidad y calidad de vida atraviesan el territorio mexicano. Para encontrarse con una infraestructura deplorable, además de la administración de los albergues del INM entregada a una seguridad privada, haciendo dinero por sus contactos con el gobierno de la República.

En tercer lugar, el desprecio a la aproximación de los supuestos valores de la izquierda que son mínimamente el reconocimiento de la necesidad de movilidad humana, y la aceptación de las crisis profundas que viven los migrantes en sus países de origen, es decir, la confesión explícita de que solo utilizan el asunto para fines exclusivamente político electorales, degradando a su máxima expresión la dignidad humana, o en el mejor de los casos con una vista única y exclusivamente utilitaria para sus fines.

O sea, que la aproximación a la migración raya en la extrema derecha, estilo republicanos conservadores y casi fascistas. Mal y de malas el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, su movimiento y su 4Ten la materia. Pero lo más ridículo e inaudito es cómo abordaron el tema después de la muerte de los 39 migrantes pasándose la pelota para continuar en el único interés que los mueve, en una carrera por la candidatura presidencial totalmente decidida.

A pesar de todo lo sucedido, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López se aferran a una aspiración sin futuro y a que pudiera ser bajo condiciones de emergencia o en una situación extraordinaria, sin embargo a partir de los hechos ocurridos esta semana sus candidaturas se vislumbran absolutamente inviables. El saldo, 39 migrantes muertos, 28 gravemente heridos y dos corcholatas quemadas. Por salud y por el futuro de México es muy importante discutirlo.

Y no es pregunta.

MARTHA GUTIÉRREZ

COLABORADORA

@MarthaGtz

MAAZ