DESDE AFUERA

Del espionaje de EU en México

La intercepción de mensajes mexicanos por EU empezó en la Revolución de 1910; pudo ser tan temprano como 1913, pero con seguridad en 1917

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Un reporte estadounidense sobre la posibilidad de tensiones y rivalidad entre ramas de las Fuerzas Armadas mexicanas y sobre la forma en que los servicios de inteligencia de EU interceptaron los teléfonos del cártel del Golfo puso énfasis en su olvidada capacidad de recolectar información en México.

Al margen de la precisión o la veracidad de los datos consignados en ese reporte, divulgado por The Washington Post, los servicios de espionaje estadounidenses han operado en México por largo tiempo. De acuerdo con el autor James Bamford en The Puzzle Palace, la intercepción de mensajes telegráficos mexicanos por el espionaje de Estados Unidos empezó durante la Revolución de 1910; pudo ser tan temprano como 1913, pero con seguridad en 1917.

Imposible omitir el telegrama Zimmermann, por el cual Alemania proponía, en 1917, una alianza con México y devolverle los territorios perdidos en la guerra de 1847 a cambio de atacar Estados Unidos y mantenerlos fuera de la I Guerra Mundial.

La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) tuvo un activo papel contra la influencia que las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) pretendían ejercer sobre México, tras la nacionalización del petróleo en 1938.

En 1969, en uno de los mayores escándalos de la diplomacia mexicana, el gobierno de Cuba acusó a Humberto Carrillo Colón, acreditado como agregado de prensa en la Embajada de México en La Habana, de estar al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

En 1975, el exagente Philip Agee reveló en el libro Inside the Company sobre la CIA que Luis Echeverría Álvarez, el entonces Presidente y en 1964-70 secretario de Gobernación, había recibido el nombre-código de Litempo 14. 

Posteriormente, se ha señalado que los secretarios de Gobernación, como encargados de la seguridad política del país, eran por definición contactos de la CIA y, en general, la contraparte de los servicios de inteligencia estadounidenses y otras.

El 15 de mayo de 1984, el columnista Jack Anderson afirmó que el presidente Miguel de la Madrid, que realizaba una visita de Estado a Washington, había enviado hasta 152 millones de dólares a una cuenta en Suiza. Anderson atribuyó su información a la CIA y la Agencia Nacional de Seguridad.

En 1985, la presencia de agentes estadounidenses en México fue dramatizada por el secuestro, tortura y asesinato del agente Enrique Kiki Camarena, de la Agencia Antinarcóticos (DEA), por órdenes el jefe narcotraficante Rafael Caro Quintero, en Guadalajara.

En esos años, se estableció el Centro de Inteligencia de El Paso (EpIC, por sus siglas en inglés) oficialmente encabezado por la DEA, pero con cooperación de otras 21 organizaciones de inteligencia  y policiacas. Su misión oficialmente es "identificar amenazas para la nación, con énfasis en la frontera suroeste".

Se trata obviamente de actividades semiclandestinas, al margen de las vías diplomáticas normales.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@CARRENOJOSE1

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