ENVÍO DIPLOMÁTICO

Control de armas

Hablar de control de armas en las relaciones internacionales pasa por varias escalas y consideraciones geopolíticas

OPINIÓN

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David Nájera / Envío Diplomático / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hablar de control de armas en las relaciones internacionales pasa por varias escalas y consideraciones geopolíticas. 

El segmento dominante en las prioridades es el control de armas nucleares en sus diversas capacidades, para países como México el tema se ubica en lo que se denomina “armas pequeñas y ligeras” y para regiones en África se trata más de armas convencionales.

Con un puñado de productores, al menos en lo que se refiere al armamento nuclear y al convencional, el control radica sobre todo en la producción y manejo tecnológico del armamento. Para las armas ligeras, con numerosos países productores o con licencia para producir e incluso capacidades rústicas de producción o modificación local, el tema está mucho más en la aplicación de legislaciones locales y acciones aduaneras y policiales.

A raíz de la invasión de Rusia a Ucrania, el tema del control de armas nucleares ha cobrado nueva vigencia en la atención mundial. Y es que con el anuncio, el 8 de agosto de 2022, de la suspensión unilateral por parte de Rusia de inspecciones contempladas en el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (New START por sus siglas en inglés), una sombra de dudas cubre hoy en día el escenario internacional. 

De la mano con ese acuerdo bilateral se afectan los compromisos del Tratado de No proliferación Nuclear (TPN) que procura “el cese de la carrera armamentista” y “procura un desarme general y completo”. Con la suspensión rusa se estimulan acciones en contrario por parte de los países que poseen armamento nuclear y estratégico. 

Digamos que los intereses de diversos Estados se encontraban ya en el arrancadero o en acciones secretas; ahora, con el ambiente de tensión en Ucrania, se genera uno de incertidumbre que proporciona justificaciones de racionalidad política y planeación militar y ya no meramente ideológicas. Así, por ejemplo, Corea del Norte incrementa su desarrollo y capacidades; India se preocupa del posible escenario bélico en el Pacífico ante el caso de Taiwán; Israel se prepara ante el nuevo entendimiento Arabia Saudita e Irán, etcétera.

Veremos pues un creciente desarrollo tecnológico, en gran medida, orientado a armas de alta capacidad destructiva con efectos de contaminación contenidos que permita su uso en teatros bélicos específicos. Pero esas tecnologías no necesariamente están al alcance de todos los que consideran hoy prioritario desarrollar capacidades ofensivas. De tal modo que el riesgo de simplemente tirar cabezas nucleares sin control de daños es otra de las preocupaciones.

Si en América Latina, región libre de armas nucleares merced al Tratado de Tlatelolco (pese al cuál los argentinos coquetearon con desarrollar capacidades nucleares militares durante sus gobiernos militares), creemos estar al margen de estos riegos, baste considerar los efectos en el medio ambiente para preocuparnos, más aún en nuestro caso al ser frontera y aliados regionales. 

México desarrolló una activa defensa del NPT en Ginebra por muchos años, no sólo ello como parte del  referido Tratado de Tlatelolco, si no que nuestra diplomacia obtuvo un serio reconocimiento como referencia en esas discusiones, por ello hubo presiones para cambiar a nuestro representante ahí en los años noventa y “dejar que fluyeran” las  negociaciones; por ello en encuentro bilateral el Premier indio pidió, ya en este siglo, al Presidente mexicano que permitiésemos que el Tratado reconociese las ya existentes capacidades nucleares de India. Y las concedió el mandatario mexicano sin comprender la labor de contención y control que nuestra diplomacia ejerció por años para que ese “exclusivo” club nuclear no creciese, pues una vez en él, son los dueños del balón los que fijan las reglas. Ahora, con uno de los jugadores más importantes al margen, los riesgos e inestabilidad son impredecibles.

 

POR DAVID NÁJERA

EMBAJADOR DE MÉXICO. PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DEL SERVICIO EXTERIOR MEXICANO

LSN