NOTAS SIN PAUTA

Transparencia y libertad, otras formas mismos reclamos

El próximo 12 de mayo, se cumplirán 11 años de uno de los episodios más penosos de la historia política de este siglo

OPINIÓN

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Arturo Rodríguez García / Notas sin Pauta / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El próximo 12 de mayo, se cumplirán 11 años de uno de los episodios más penosos de la historia política de este siglo: el acto en el que el candidato presidencial Enrique Peña Nieto fue increpado en la Universidad Iberoamericana, la manera en que ese mismo día reaccionó la clase política y la cobertura mediática que tergiversó lo ocurrido.

La serie de sucesos detonó el surgimiento del Movimiento #yosoy132 que irrumpió en el proceso de sucesión presidencial de 2012, hasta ese momento monótono. Si para entonces era claro, como finalmente ocurrió, que Peña Nieto sería presidente, las movilizaciones juveniles problematizaron su campaña y reorientaron el debate.

El país pasó del lamento de las víctimas de la violencia que un año antes tomó un lugar preponderante en la agenda pública con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, a poner sobre la mesa diferentes lastres de la vida pública:

La represión que se reclamó por el caso Atenco y el proceso represivo; la opacidad pública y la falta de libertad de expresión que se materializaba en la inequidad mediática en buena medida derivada de los arreglos insanos por publicidad oficial.

Así, los muchachos de aquella época, reivindicaron derechos políticos fundamentales: libertad de manifestación, libertad de expresión y acceso a la información.

No fue extraño que el 21 de mayo de 2012, Enrique Peña Nieto emitiera su “Manifiesto por una Presidencia Democrática”, en el que comprometió diez puntos dedicados precisamente a los temas de la agenda juvenil. Ya como presidente electo, les dio continuidad con dos iniciativas, una para reformar los mecanismos de transparencia y otra para regular la publicidad oficial que, a final de cuentas no cumplió o lo hizo a medias.

Lo hizo hasta la siguiente crisis que le detonó a finales de 2014 con dos episodios precisamente relacionados con esos temas: la desaparición y muerte de estudiantes de la Normal de Ayotzinapa a finales de septiembre de ese año, claro ejemplo de radicalización del proceso represivo y, el reportaje titulado

“La Casa Blanca de Peña Nieto” que publicó Carmen Aristegui a quien le terminaría costando el empleo. Fue en 2015 cuando Peña Nieto decidió reformar el INAI aunque no hizo más respecto al manifiesto aquel de respuesta al #yosoy132.

La historia tiene su vuelco en estos años. Con Peña Nieto fuera de la Presidencia no sólo se ha deteriorado el ejercicio de las instituciones garantistas y el ejemplo más a la mano es la inoperancia del INAI, el monopolio de la agenda pública que se concentra en la Presidencia y una campaña permanente de deterioro a la imagen de cualquier ejercicio, sea periodístico, sea ciudadano, que cuestione los designios del poder.

Los hemos visto desde el primer año de gobierno: grupos lopezobradoristas hostigando a quienes reclaman justicia siendo víctimas de la violencia, como ocurrió con la marcha de los Lebarón, por ejemplo; una opacidad sin precedentes en el siglo XXI, con explícito disgusto del presidente a la función del INAI; imperio de los otros datos ante cualquier crítica que deriva en acusación de servir a las oposiciones generando así otra fórmula de inequidad mediática.

La conclusión es que, también hay que decirlo, no existe una política de Estado que en apariencia profundice el proceso represivo (con las excepciones del asesinato de Samir en Morelos y del episodio de sangre en torno a la protesta por agua en Chihuahua), ni acto de censura contundentemente probado, mediante otras formulas, el resultado es el mismo: las mismas reivindicaciones del #yosoy132 se expresan hoy ante un notorio deterioro de arreglos democráticos.

Nota al pie:

Ha causado amplia expectativa la agenda que realizará el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández al estado de Veracruz. Si bien, por el cargo que ocupa y por las responsabilidades políticas que se le han asignado desde Palacio Nacional, su estancia en esa entidad es normal, provoca cierta inquietud en los equipos de las otras corcholatas.

Con la idea cada vez más posicionada de ser el favorito de su coterráneo; por el regionalismo y por los temas que abordará, se trata de una gira con predecible posicionamiento rumbo a la sucesión presidencial de 2024 que arrancará en junio próximo.

POR ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
COLABORADOR HERALDO RADIO
@ARTURO_RDGZ

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