TRES EN RAYA

Se agudizaron los odios

López Obrador es el rey de la división. Eso es sabido y está más que discutido

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

López Obrador es el rey de la división. Eso es sabido y está más que discutido. Disfruta ahondar en ella y separar a todos los mexicanos.

Tiene razón cuando dice que pasará a la historia gracias a la cuarta transformación del país, aunque no sea por las razones positivas que muchos desearíamos.

Una transformación donde hay más pobres que hace unos cuantos años. Que ha incrementado la violencia; ahora no sólo tenemos más muertos por violencia, también hay más desaparecidos (por encima de 100 mil en lo que va de este sexenio; pasaron de ocho al día con Calderón, a 16 con Peña Nieto, a 26 diarios con López Obrador).

Una transformación que decía cuidar de los migrantes, cuando en realidad se les encarcela y se les deja morir calcinados. Sí, la acusación que hace la FGR de los acusados como autores materiales por comisión y por omisión se tipifica como delito de homicidio y lesiones, ambos con el agravante de dolosos.

Y aquello que era (¿es?) lo más sentido —acabar con la corrupción en el gobierno— ha devenido en ver cómo el titular de Segalmex fue cambiado de puesto para que no llegaran a él ni los señalamientos ni las investigaciones por una estafa de más de 15 mil millones de pesos…

Pero lo que —creo— NO se tenía contemplado con López Obrador sino hasta hace poco es que esa división, tornada en odio, iba a seguir escalando. De hecho, tomaría la ruta de una curva ascendente y exponencial.

Resulta que es a partir de estos últimos dos eventos —la tragedia de los migrantes en Ciudad Juárez y los inmensos robos a Segalmex— que se han agudizado sus inquinas. Concretamente iniciando la Semana Santa (lo que coincidió con su estrategia —porque es eso y no otra cosa— de decir que querían silenciar la mañanera).

Vean ustedes como son las cosas: le reportan al presidente que ha disminuido, tanto en radio como en TV, el público de sus conferencias de prensa y acto seguido: (1) se agudizan como nunca los odios desde Palacio y (2) a la vez Andrés Manuel grita “¡intento de boicot!” a sus mañaneras. La realidad es que se ha venido abajo en tal magnitud el número de personas que las atienden que la oposición no tiene necesidad de censurarlas.

Por ello insisto que lo importante no es la división —o sólo la división—, sino otra cosa: los decibeles que ha adquirido el odio y la capacidad destructiva del primer mandatario. Esto es, no el canal de comunicación por el cual nos enteramos de sus fechorías, sino el grado de su maldad.

¿Como qué cosa? Por ejemplo, decirle abiertamente al secretario de Gobernación que lo mejor será continuar en un escenario de opacidad y donde fluya la corrupción, como es el no nombrar a los comisionados que requiere el INAI para operar. Lo mismo la reunión que le permitió sostener a Adán Augusto López en la sede del poder legislativo, exclusivamente con los senadores de la 4T. Una que plasma que la separación de poderes se ha difuminado por completo y reina el partidismo. Los odios se agudizan y se dejan ver tal cual son.

Pero donde la tendencia de plano se dispara es con los siguientes dos anuncios:

1.- La iniciativa de López Obrador para desaparecer la auto sustentable Financiera Nacional para el Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, dejando en total indefensión a los agricultores. Sin este financiamiento, los productores no podrán competir con sus pares del TMEC, quienes sí cuentan con programas como el ‘Farm Bill’ de Estados Unidos.

Y

2.-La próxima liquidación de Notimex, luego de que durante los últimos años la directora de la agencia de noticias, Sanjuana Martínez, lograra despedazarla.

Algo sucede con la demagogia y el populismo obradorista que se agudizan. Cada día son más descarados sus enojos, sus rencores y sus odios.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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