OTROS ÁNGULOS

¿Qué ganamos con la compra a Iberdrola?

De esas 13 plantas, tres se encuentran en problemas judiciales y están prácticamente sin funcionar

OPINIÓN

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Raúl Cremoux / Otros Ángulos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿Contar con 13 plantas eléctricas que ya estaban en nuestro territorio, es motivo de orgullo?.

El asunto es muy dudoso, ya que son fierros viejos, al igual que la refinería comprada y manejada por los texanos. De esas 13 plantas, tres se encuentran en problemas judiciales y están prácticamente sin funcionar.

¿Qué tan capaces son los técnicos de la Comisión Federal de Electricidad para gestionar su buen funcionamiento? Ni ellos mismos lo saben, ya que hasta ahora, sus sistemas son diferentes.

¿El precio de las gasolinas será menor? De ninguna manera, pues el costo de la operación es de 120 mil millones de pesos y eso hay que pagarlo con nuestros impuestos o con pagos chiquitos durante más de 20 años de deuda pública. Además, no representa ningún ahorro para el usuario, ya que la gasolina seguirá subiendo.

¡Ah, entonces significa que estamos invirtiendo en nuevas plantas que producirán energías limpias y renovables? Justo lo contrario. De acuerdo con datos de Pemex, 29% del combustóleo, que es altamente contaminante, lo producen las viejas plantas de Tula, Cadereyta y Salamanca. Si comparamos con Estados Unidos, ellos producen 1.5% de ese contaminante. Sólo en diciembre pasado, la producción de combustóleo fue mayor a la producción de gasolinas. De hecho, las plantas de refinación mexicanas no están diseñadas para procesar el crudo pesado, lo que hace que los productos residuales como el combustóleo sean “naturales”. ¿Las plantas de Iberdrola cambiarán esto?

Para nada. No son capaces de generar ni fuerza eólica, ni solar ni mareomotriz. Además de engrosar los haberes de la CFE, a un altísimo costo, ¿para qué se adquirieron?

No olvidemos que, ¿no fue calificada esa firma española como un inmenso foco de corrupción y madre de nuestras desdichas con España? Aún resuenan las quejas contra el moderno coloniaje que desembocaron en exigir al rey de los españoles se disculpara.

Bien, entonces cabe pensar que esa operación gubernamental fue para darle un giro a la poca confianza que tienen los inversionistas y atraer la inversión extranjera. Pues resulta lo contrario, firmas importantes como Naturgy, Mitsubishi, Sempray, Enel, están reconsiderando sus inversiones en México, pues lo ven como una seria advertencia de lo que pudiera pasarles.

Todo esto ocurre cuando el país tiene una mayor demanda de energía eléctrica y requiere de inversiones que sólo el capital privado puede desarrollar. Lo contrario es lo que estamos viendo: comprometer 120 mil millones de pesos que no tenemos, en lo que meramente es la creación de una imagen de supuesto avance en la generación de electricidad y soberanía. El tiempo de construcción es largo, cubre varias generaciones. El lapso de la improvisación y la destrucción, tiene nuestra medida, es muy corto.

 

POR RAÚL CREMOUX 

ESCRITOR Y PERIODISTA

@RAULCREMOUX

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