COLUMNA INVITADA

Opacas, irregulares y falaces las "nacionalizaciones" de cuarta

Aunque estas entidades públicas proporcionarán financiamiento, la propiedad y la gestión del fideicomiso seguirán siendo privadas, y la CFE no está aumentando su participación de mercado en la generación eléctrica

OPINIÓN

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Jorge Romero Herrera / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Después de un asedio desde el inicio de la actual administración en contra de la empresa Iberdrola,- con acusaciones que van desde monopolizar la generación y venta de energía, hasta sanciones millonarias - sin sustento y sin efecto - por simular la comercialización de energía y acciones de desconexión de algunas de sus plantas de energía que han impedido su desarrollo; el presidente de México anuncia en días pasados, la compra del 80% de los activos de esta empresa anunciando con “bombo y platillo” que se trata de una “nacionalización de la industria eléctrica”.

En realidad, lo que sucedió el  4 de abril es que la empresa de energía Iberdrola vendió 13 centrales de generación eléctrica en México por $6 mil millones de dólares a un fideicomiso privado con participación mayoritaria del Fondo Nacional de Infraestructura y otras instituciones públicas mexicanas, bajo la gestion global de Mexico Infrastructure Partners (MIP). Aunque estas entidades públicas proporcionarán financiamiento, la propiedad y la gestión del fideicomiso seguirán siendo privadas, y la CFE no está aumentando su participación de mercado en la generación eléctrica.

La transacción realizada representan la “compra” del 80% de los activos de Iberdrola en México. Se trata de 13 plantas de generación de electricidad:12 centrales de ciclo combinado (gas natural y vapor) y una eólica, dejando a la CFE con la generación y suministros del 55.5% en el país. La operación permite a Iberdrola liberar capital para invertir en tecnologías para producir energía de bajas emisiones. La venta no representa una nacionalización de la industria y no cambia la operación del Mercado Eléctrico Mayorista, pero puede abrir la puerta a que la CFE expanda las condiciones de su contrato colectivo de trabajo a los trabajadores de las nuevas centrales.

El monto del financiamiento público aún no se ha desglosado, pero es necesario cuestionar la conveniencia de asignar recursos a la adquisición de centrales eléctricas mayoritariamente ancladas en combustibles fósiles, a costa de inversiones que aceleren la transición energética en el país.

Es evidente que el financiamiento del Gobierno Federal para la compra de centrales eléctricas a través de un fideicomiso es un tema complejo. Si bien la Comisión Federal de Electricidad (CFE) será encargada, el meollo está en lo siguiente: CFE no poseerá las centrales, sino que simplemente se convertirá en operadora. Esto significa que tampoco el gobierno federal será el dueño de dicha empresa, carenciendo de voz y voto en el control corporativo de ellas. En otras palabras, los dueños privados, mayoritariamente canadienses, mantendrán propiedad sobre los activos.

Este modelo plantea varios problemas relacionados con la transparencia financiera, entre otros, al tratarse de fondos privados existen dudas acerca del destino final del dinero invertido, así como posibles conflictos éticos e intenciones desconocidas detrás del proyectado plan gubernamental. Por tal motivo, resultan necesarias mayores medidas regulatorias a nivel federal para garantizar responsabilidades fiscales dentro este ámbito, tan sensible y relevante dentro de la economía nacional. 

CFE no tiene planes de ampliar su capacidad de generación energética, lo que resultará en un aumento en los costos de operación de sus plantas existentes. Además, las plantas que tienen permiso de Producción Independiente de Energía (PIE) solo venden su energía a CFE, lo que le da a la empresa una posición de monopolio en ese mercado.

Por lo que anuncio el gobierno de México como la nacionalización de empresas eléctricas, es falaz. En realidad se trata de una inversión en la que no se  ven claros los beneficios a corto y ni a largo plazo para las familias mexicanas.

Exigiremos total transparencia sobre  dicha operación, para asegurarnos de que esta no será una operación onerosa e incluso corrupta, realizada con el dinero de los mexicanos para operar plantas obsoletas, fuera de la vanguardia energética y sin posibilidades de de producir lo urgente:  energías limpias y a bajo costo. 

 

POR JORGE ROMERO HERRERA

COORDINADOR DEL GPPAN

@JORGEROHE

LSN