La necesidad de abordar los problemas desde el punto regional se ha acentuado en los últimos meses, es cierto que hay avance, como se nota en la cooperación que manifiesta en el apoyo a los procesos de acuerdo interno de Colombia, como para Venezuela. Los acuerdos, posibles donde se puede.
En esa línea se ha dado un paso importante, sobre un tema que se encuentra en el centro de la atención a los problemas económicos. El de la inflación, las presiones sobre los precios y la carestía de alimentos básicos y los problemas del intercambio de bienes medios para la que México convocó a una cumbre en la que participaron 11 países, el 5 de abril del 2023.
En el inicio de este mecanismo para enfrentar la inflación participó la República Argentina, Belice, el Estado Plurinacional de Bolivia, la República Federativa de Brasil, la República de Chile, la República de Colombia, la República de Cuba, la República de Honduras, los Estados Unidos Mexicanos, la República Bolivariana de Venezuela y San Vicente y las Granadinas, presidente pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Esta vez el método de abordaje regional ha sido diferente. Un país propone, se realizó un diálogo público de alto nivel por medios digitales para el intercambio primero por país, se invita a una cumbre presencial en Cancún en el próximo mes de mayo, se crea un grupo de trabajo técnico de representantes por país para determinar las medidas de cooperación regional para los productos básicos e insumos, particularmente fertilizantes químicos y orgánicos.
Se acuerda que se invitará a los interesados al proceso, iniciando con los que pertenecen a la Comunidad de Estados de América Latina y El Caribe, pero que también participan en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, en la Organización Mundial de Comercio, donde también esos temas están en el centro de la agenda.
Algunas de las líneas finas referidas en la cumbre virtual son de carácter interno, otros de carácter regional, en otros casos, los compromisos económicos y financieros que permiten identificar la red de actores claves en este diálogo sobre la inflación, lo que hay que resolver. Como el problema de los valores y medios de intercambio monetario.
Las cláusulas que cada uno ha firmado en sus respectivos acuerdos económicos y comerciales han implicado en el pasado mecanismos de participación que cuando son atinados sí resuelven. Será interesante observar cómo se organizará la reunión anunciada en Cancún del 6 y 7 de mayo próximos en la que se considera participen organizaciones empresariales, de la agricultura familiar y campesina, y autoridades de alto nivel.
Un momento muy oportuno, porque está pendiente el próximo diálogo entre la región de América Latina y El Caribe con los que pertenecen a la Unión Europea, en julio, en el que seguramente el asunto de la inflación aparecerá, así como otros foros como de Naciones Unidas como en el inicio del 77 periodo de sesiones de su Asamblea General (AGONU) en septiembre de 2023.
El contexto de presión social e interna en los países de la región es un argumento que se suma a la necesidad de soluciones. Los costos y los precios del dinero afectan a quien consume, la vida cotidiana, la vida social y política a lo largo de la región.
POR GUADALUPE GONZÁLEZ CHÁVEZ
@GuadalupeGonzCh
Catedrática universitaria.
MAAZ