UN MONTÓN DE PLATA

El futuro energético es privado

En los siguientes días AMLO subrayará un argumento basado en términos relativos, con su famoso porcentaje de generación eléctrica cumplido

OPINIÓN

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Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El acuerdo del gobierno del presidente López Obrador para adquirir 13 plantas de generación eléctrica de Iberdrola tiene dos componentes muy positivos que rebasan el beneficio aducido por el gobierno en cuanto a recuperar la soberanía energética y mantener los precios. El primero es que tiene el potencial de poner punto final a la miríada de problemáticas en las que se metió la 4T con el sector. Y el segundo, más relevante, es garantizar que la inversión futura en energía será preponderantemente privada. 

El primer beneficio es fundamental: dar por terminado el diferendo más importante del sexenio con el sector privado, el energético. Cuando AMLO presuma durante los siguientes meses que el Estado finalmente genera, a través de la CFE, el 55 por ciento de la electricidad del país, dejará de tener argumentos para evitar otorgar permisos, o para regatear cualquier tipo de inversión privada. Cumplió su cometido de una manera desaseada, acosando al sector y a la empresa española; y les obligó a vender con ese acoso. Pero la transacción hizo sentido a los españoles debido a la velocidad a la que Iberdrola camina hacia el dominio global en renovables, algo de lo que la CFE casi ni habla. 

El segundo beneficio es más trascendental: garantiza que la inmensa mayoría, sino es que toda la inversión futura, será privada. Esto es evidente tras el anuncio del canciller Marcelo Ebrard en la última COP, en Egipto, cuando México se comprometió a llegar a 40 GW su generación eléctrica renovable (eólica, fotovoltaica, hidroeléctrica y geotérmica), lo cual implica incorporar 25 GW adicionales de ese tipo de energía en los siguientes siete años. ¿De dónde saldrá esa inversión? Será primordialmente privada. De tal suerte, el pastel de la generación eléctrica en México crecerá y, si la inversión privada predominará en la composición futura, esto implicará que en unos años los privados recuperarán gran parte de su relevancia en el sector en términos relativos. En pocas palabras: la proporción del Estado queda hoy como AMLO deseó; pero solo momentáneamente, debido a compromisos ya asumidos por México. 

En los siguientes días AMLO subrayará un argumento basado en términos relativos, con su famoso porcentaje de generación eléctrica cumplido. Pero los datos relevantes estarán dados en términos absolutos, dada la gran necesidad energética de renovables para los siguientes años. En otras palabras: el presidente satisfizo su inquietud de lograr un porcentaje que él mismo eligió a capricho (55 por ciento); pero es un logro efímero, porque tan pronto avancen los primeros meses del siguiente sexenio será evidente que la CFE volverá a quedar corta frente a la gran inversión en renovables que se requerirá (incluida muy seguramente Iberdrola, como lo adelantó su presidente Ignacio Galán). 

POR CARLOS MOTA
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