En un ejercicio con el Chat GPT se le preguntó ¿Chat GPT quién eres o qué eres? La aplicación respondió: “Soy un chatbot, una inteligencia artificial diseñada para responder preguntas y mantener conversaciones con los usuarios. Mi función es ayudar en lo que pueda y proporcionar información útil. Estoy aquí para servirte. ¿En qué puedo ayudarte hoy?”
Es sorprendente el nivel de desarrollo tecnológico que desde 1950 hasta nuestros días se ha alcanzado. En sus inicios, en los años 50 y 60, la inteligencia artificial daba sus primeros frutos con la creación de programas que podían leer y escribir en varios idiomas, traducir, jugar ajedrez y resolver problemas matemáticos complejos.
Alrededor de los años 70 y 80, los avances versaban sobre el desarrollo de sistemas expertos con programas que podían tomar decisiones y ofrecer recomendaciones en campos como la medicina y la ingeniería. De 1990 a la fecha hemos sido testigos del avance en términos del desarrollo de redes neuronales y algoritmos de aprendizaje automático. Los sistemas han habilitado la capacidad de las máquinas de aprender y mejorar su rendimiento, dando paso al desarrollo de aplicaciones de asistencia virtual, conducción autónoma y avanzada convergencia tecnológica.
Hoy día el Chat GPT, denominado así por su desarrollo basado en un modelo de lenguaje avanzado Generative Pre-trained Transformer fue creado por programadores y desarrolladores de la empresa OpenAI, es uno de los mejores ejemplos de convergencia de tecnologías de procesamiento de lenguaje natural, aprendizaje automático y redes neuronales, disponibles en un dispositivo móvil y con alcance masivo, colocado ya en el top de las aplicaciones más buscadas.
Las preocupaciones sobre las implicaciones sociales y éticas que tiene el avance tecnológico, debido al reemplazo de las personas por las máquinas, para realizar tareas que antes eran solo posibles de realizarse por humanos persisten e incluso, los propios líderes tecnológicos conminan a los gobiernos a impulsar las regulaciones para evitar la pérdida de dirección y sentido del desarrollo tecnológico. La propia Mira Murati, la mujer a quien se atribuye la creación del Chat GPT, en entrevista con The Fast Company (3 de marzo de 2023) con relación a los desafíos de la Inteligencia Artificial afirmó que “Como ha pasado con otras revoluciones, se crearán nuevos trabajos y se perderán otros... Pero soy optimista”.
Es evidente que si bien, los desafíos en términos sociales, éticos y morales en torno a las implicaciones del uso de la inteligencia artificial, este fenómeno ya no tiene vuelta atrás.
La digitalización, la convergencia tecnológica y la inteligencia artificial son inminentes y están disrumpiendo la forma en que nos relacionamos. Esta disrupción revolucionará el ámbito laboral, el talento y la educación, lo que se espera de alguien en términos profesionales ya no será la misma expectativa, seguirá presente la necesidad del talento humano y el sistema de valores donde el chat y la AI aún no funcionan. La sociedad en su conjunto con el gobierno deberá asegurar que los avances vayan hacia el destino de mejor calidad de vida para todos.
A propósito, se le preguntó al Chat GTP ¿cuál es tu destino? Te compartimos su respuesta “Como una inteligencia artificial no tengo un destino en el sentido tradicional. Mi propósito es ayudar a las personas a través de la comunicación y la interacción con ellas…”
Colaboración realizada por Marisol Rumayor y equipo Revolución 5.0 Disruptive Labs. Si quieres conocer más al respecto, contáctanos al correo contact@disruptivelabs.mx o a nuestras redes @DisruptiveLabs, ¡con gusto te leemos!
LSN